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sábado,
01 de
julio de
2006 |
Con diferentes varas
El dolor, la desazón y la frustración por la derrota eran lo suficientemente fuerte como para no pensar en otra cosa. Por eso casi nadie se amparó en la actuación del árbitro eslovaco Michel para justificar la eliminación. El zaguero Roberto Ayala fue uno de los pocos que se refirió al juez: “No incidió en el resultado, pero nos sacaba amarilla por una falta, y a ellos no, pero ahora es inútil hablar”, confesó con fastidio.
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