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sábado,
01 de
julio de
2006 |
Opinión
Un espacio también para los estudiantes
Marcela Isaías / La Capital
En agosto de 2004, la palabra de los estudiantes del polimodal reclamando por más exigencia y capacitación de los docentes sorprendió a más de un desprevenido de lo que durante estos años se había gestado en especial en la educación destinada a los adolescentes y jóvenes.
Esa vez, los estudiantes convocados por el propio Ministerio de Educación de la provincia, a través del programa "Escuchando a nuestros alumnos", que lamentablemente no tuvo continuidad, pidieron volver a las materias básicas como matemática, lengua o historia y dejar así nombres y espacios que sólo llaman la atención por lo rebuscado de sus denominaciones.
Con una precisión que dejó boquiabiertos a especialistas, funcionarios y los propios educadores, los chicos, luego de debatir sobre qué cambios proponían para su escuela, hicieron conocer un minucioso diagnóstico sobre la educación que los asistía.
Fue entonces cuando reclamaron más exigencia por parte de los profesores, pero también les hicieron saber que nada pasa inadvertido para los jóvenes. Las críticas apuntaron entonces a las clases aburridas, poco motivadoras, a la poca capacitación recibida para enseñar a esa franja de edades y las inasistencias reiteradas que los privan por varias horas semanales de clase.
Los chicos hablaron también de las materias del polimodal "como un invento", la falta de orientación de la escuela para lo que quieren estudiar, el abandono de enseñanzas básicas para aprender como la lengua y la química, y plantearon un panorama de "incertidumbre" si se trata de pensar en seguir estudiando.
Esa fue una de las pocas veces, desde la vuelta a la democracia, que el Ministerio de Educación de la provincia se dispuso a escuchar a los alumnos sobre qué pensaban de la educación que recibían. En esa oportunidad fueron unos cien chicos, de distintas escuelas medias y técnicas, los se reunieron a discutir en Rosario. Al final hicieron explícita una duda que les dio vuelta durante todo el encuentro: "Esperemos que esta discusión sirva para algo y que las cosas no queden como están".
Ahora, el debate propuesto por el gobierno nacional incluye la posibilidad de que los estudiantes participen de estas discusiones y hagan conocer qué escuelas piensan para su futuro.
Y la enunciación no puede pasarse por alto. Lejos de la idea de creer que a los alumnos poco les importa la escuela, basta recordar que también en el 2004 los chicos retomaron con fuerza la idea de reunirse alrededor de los centros de estudiantes y lograron que se aprobaran resoluciones para garantizar su funcionamiento.
En ese momento sacaron a la luz la preocupación de que la norma que regula su vida escolar sea todavía un decreto (Nº817) aprobado en la época de la dictadura (data de 1981). También que falten reglamentos específicos para la franja de edades que asiste al tercer ciclo de la EGB, donde cada institución define su propio código de disciplina, dando lugar así a demasiadas arbitrariedades.
En este sentido, resulta tan valioso como la experiencia mencionada el foro "Jóvenes con jóvenes: una discusión para una nueva educación", propuesto en el portal bonaerense www.abc.gov.ar
Allí, a través de preguntas orientadoras, se invita a los estudiantes a opinar sobre la escuela. En el sitio se pueden leer las propuestas de los jóvenes que participaron del primer encuentro de trabajo con alumnos de toda la provincia de Buenos Aires, desarrollado en el marco del Plan Provincial de Consulta sobre la Nueva Ley Nacional de Educación, el 7 de junio pasado.
Los niños, los adolescentes y jóvenes santafesinos no pueden quedar afuera del debate. Así como en el 2004 pusieron su visión de la escuela en boca de todos, hoy deben pensarse en espacios para que sus opiniones no queden fuera de una ley que pretende ser de todos.
Marcela Isaías
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En su momento, los secundarios pidieron una escuela más exigente y volver a las materias básicas.
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