Bouquet, en la geografía mundial

Bouquet es un pueblo típico como una metáfora, de esas que consigue representar la literatura. Hasta hace pocos años para llegar había que cruzar por un camino de tierra; en días de lluvia el acceso por el barro era posible sólo con camionetas dirigidas por conductores expertos. La Iglesia, una escuela, el club y el almacén en cada canto de la plaza son sus instituciones. Su población no pasa de mil, que en su mayoría son hijos y descendientes de italianos que trabajan casi exclusivamente en agricultura. Está ahí la riqueza del lugar, en su gente, que bien puede considerarse un pueblo símbolo del interior que se aferró a la labor de la tierra gaucha. Personas simples, cálidas, receptivas dispuestas tanto al trabajo, como al asado y al vino abundante. Sus frutos son los hijos que se expanden por la Argentina y el mundo. Después del partido contra México, que sin falta se reúnen a verlo en las aulas de la Escuela Nº352, la maestra que constituyó la base de esos argentinos siente que Roberto Abbondanzieri los va poniendo en la geografía mundial. Los descubren en la geografía de su propia tierra, la que ellos mismos construyen, día tras días, por décadas.

Gustavo Brun