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 sábado, 17 de junio de 2006  
Una maquinita
Argentina arrasó a Serbia con un 6 a 0 histórico

La selección argentina fue una maquinita. Borró de un plumazo a Serbia y Montenegro con un 6 a 0 que, cuanto menos, la posiciona en el escenario de los aspirantes a disputarle la supremacía a Brasil, el candidato de todos. Por lo pronto, con la victoria de ayer, el equipo de Pekerman aseguró el pasaporte a los octavos de final.

  Pero antes de eso es momento de reivindicar la soberbia actuación que cumplió la selección. Fue una demostración de fortaleza futbolística y mental que hasta ahora no se había visto en el Mundial. El partido, como confrontación entre dos equipos, duró hasta que Maxi Rodríguez, a los 5 minutos, definió ante la salida de Jevric.

  El plan argentino no sólo tenía su merecido premio sino que logró sobreponerse a la tempranera salida de Lucho González, la apuesta de Pekerman para subsanar el mal debut de Cambiasso.

  Pero ayer fue un partido en el que todo le salió bien a la selección. José mandó a la cancha al Cuchu y el volante fue el último eslabón final de la jugada colectiva del Mundial. Una verdadera obra maestra que tuvo como protagonista excluyente a Crespo, quien tiró el taco final, y a Riquelme, Maxi, Sorín, Mascherano, Ayala y Saviola como acompañantes.

  Ahí se terminó el partido. Todo lo que vino después fue floreo. Serbia desapareció, con Stankovic, Pedrag Djordjevic y Milosevic a la cabeza de los desaparecidos.

  Todavía faltaba que la selección estableciera con otra ráfaga de contundencia las reales diferencia que existieron en la cancha. A los 40, Saviola, de gran actuación y con participación en los tres primeros goles, robó una pelota y sacó un tiro cruzado que Maxi conectó con la fuerza de una topadora.

  Venía todo tan fácil que Pekerman cambió figuritas en el segundo tiempo y el equipo mantuvo su estatura. Tevez reemplazó a Saviola y Messi ingresó por Maxi Rodríguez. Una movida de piezas que tuvo la fuerza de otro mazazo para Serbia y Montenegro. Para colmo, Kezman le entró duro a Mascherano y se fue expulsado.

  Llegó el desborde por derecha de Messi y el centro para la entrada goleadora de Crespo. Eso no fue todo. Porque también fue el turno de Tevez, quien metió el quinto luego de sacarse de encima a dos rivales. Como frutilla del postre de una actuación histórica vino esa exquisita definición de Messi para estampar un 6 a 0 que exime de cualquier análisis.


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La selección celebra. Y no es para menos: demolió a los serbios.

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