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sábado,
17 de
junio de
2006 |
Monumento
a la pasión
Los rosarinos celebraron desplegando la bandera más larga del mundo
Lucas Vitantonio / Ovación Mundial
Los protagonistas excluyentes del festejo rosarino de ayer fueron los adolescentes. Luego de la paliza que le propinó Argentina a Serbia y Montenegro, la ciudad se convirtió en un verdadero tobogán de adrenalina juvenil con base en el Monumento a la Bandera. Miles de pibas y pibes envueltos en los colores celeste y blanco coparon el símbolo edilicio enclavado frente al río Paraná y se entregaron a la algarabía absoluta, irracional, conmovedora.
Pasado el mediodía miles de jóvenes desbordaron el Monumento y hasta tuvieron el honor de desplegar una parte de la bandera más larga y más linda del mundo: la nuestra. Saltaron, gritaron y se unieron en un abrazo gigante para celebrar la lección magistral de fútbol y goles que aportó el equipo de José Pekerman.
La fiesta tuvo todos los condimentos. El clásico “volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones, como en el 86” sonó con fuerza y otro hit que se escuchó fue: “Que de la mano de Lío Messi, todos la vuelta vamos a dar”. Claro que no faltó: “Y ya lo ve y ya lo ve, el que no salta es un inglés”.
A los que llegaron caminando a la base del Monumento se sumaron los cientos de automovilistas que hicieron sonar las bocinas. Otros que aportaron al festejo fueron los vecinos de los edificios que salieron al balcón luciendo la camiseta de la selección.
La Cuna de la Bandera volvió a ser otra vez la cuna de la pasión futbolera. El delirio invadió nuevamente cada rincón de la ciudad como hace una semana en el debut ante Costa de Marfil. Los rosarinos demostraron que si el equipo responde la locura pospartido está garantizada.
La fiesta fue total. Es que el sueño de ser los mejores del mundo va tomando forma. Sin gastar a cuenta, quién se anima a exigirles a los hinchas mesura si ayer se vio un auténtico Dream Team.
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Fotos
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Miles de adolescentes coparon el Monumento para festejar la goleada.
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