Cumplió 32

La noche especial de Ortega

Ariel Ortega vivió una noche realmente especial en el Coloso. Y no sólo porque haya aportado su granito de arena para que Newell's se trepe a la punta del Clausura, sino porque la hinchada le dedicó una especial atención por su cumpleaños número 32, que lo muestra con ganas, más entero de lo que muchos suponían y con un sueño, débil por cierto, de sembrarle dudas a Pekerman para llevarlo al Mundial.

La gente rojinegra, que cada vez lo quiere más, le dio la bienvenida al Burrito con un "feliz cumpleaños", además de colgarle una bandera detrás de la popular baja, en la que se le recordó esta fecha especial. Y el jujeño se los retribuyó con sus manos y con sus piernas, ya que si bien no tuvo una de las noches más iluminadas, puso todo su esfuerzo al servicio de una victoria que no podía escaparse si Newell's pretende dar pelea en serio en este Clausura.

De entrada nomás, paró al troncomóvil de Marcelo Bustamante, quien le pegó de atrás cuando Ariel se le anticipó en la carrera. Fue el prólogo a una primera parte del partido que lo tuvo como protagonista. Enchufado, de su cintura y sus pies nacieron las primeras opciones de Newell's, como en un remate de Colace a los 6' y otro de Scocco sesenta segundos después, en el que él mismo pudo concretar luego del rebote que dio Sessa pero que terminó rechazando Uglessich.

Enseguida, participó de otra jugada clave cuando, tras un pelotazo largo de Gavilán, se fue sobre Sessa y aunque el arquero llegó antes alcanzó a tocarle el tobillo derecho, lesionándolo, al punto que el único titular de veras que trajo Vélez debió dejar la cancha a los 18'.

Ortega se fue apagando, pero siguió enchufado, al punto que en más de una oportunidad bajó a colaborar en defensa. Su esfuerzo fue muy bien reconocido por los hinchas, que lo ovacionaron cuando Pumpido lo sacó antes de que termine un partido, que no fue uno más para él.

La popular no se olvidó del aniversario de su niño mimado y desplegó una bandera.