Sacapunta

Newell's sigue creciendo y llegó arriba

Gustavo Conti / Ovación

Dientes apretados, actitud protagónica ante un rival directo, gol en el momento urgente. Newell's puso lo que un equipo debe poner si pretende no pasar desapercibido por el campeonato. Los puños al cielo del hombre que salió catapultado del banco ni bien Baldassi pitó el final, acaso sea la mejor muestra de su presente. Pumpido le pone toda la pulsión y sus jugadores devuelven una imagen similar. Por eso llegó a la punta. Por eso a esta altura hay que considerarlo en serio. Vélez fue testigo. Y el 1 a 0 suficiente.

La reacción con Banfield o, más lejana, la de River tras caer antes con Tiro Federal, apuntan en una dirección. El aguante ante Colón sin importar el desgaste de tres días atrás con Unión Española, la victoria (de esas que son bisagras) frente a Arsenal y la de anoche frente a un muletto muy bien preparado como el de Vélez, avalan la misma tendencia. La de un equipo que encontró su norte, que viene creciendo a partir de una idea de juego madre y que por eso se deja ver cada vez más convencido.

Así le salió a jugar a Vélez. Copándole el medio con el trajín de Colace y Zapata, lastimando con la conocida receta de Ortega y el nuevo condimento de Cejas, tan presto a mostrar sus dotes de hombre de punta como de arrimarse a Gavilán cuando la circunstancia lo requería. Y aún con las ausencias de Scocco, al que todo se le perdona porque se sabe que un goleador puede tomarse un descanso, y en menor medida de Belluschi (que preocupa más porque ya viene con continuidad), Newell's pudo hacer diferencia de entrada.

No pudo y le costó, como era de suponer. Porque cuando un equipo está bien del juego aéreo como Vélez, no importa que traiga hombres de repuesto. Más aún cuando la mayoría tiene varios partidos en el lomo y pueden rodear a ese diamante en bruto que es Ocampo, el artífice casi exclusivo de que Villar se preocupara algo. Por eso, cuando salió del asedio, hizo menos importante el despliegue de los volantes centrales rojinegros, que recién volverían a cobrar su importancia para defender el 1-0 al final.

Pero pese a la típica laguna en que entra cuando Ortega no pesa o el resto no sintoniza igual, Newell's se las arregló para mantener por cuarta vez consecutiva su valla en cero, sobre todo por la sobria tarea de Gavilán y Spolli. Y hasta tuvo reflejos para reaccionar cuando peor la pasaba al inicio del complemento. Robó Zapata, tocó Scocco para Cejas, cruzó bárbaro la pelota y Belluschi la alojó en la red con un soberbio cabezazo al ángulo.

El volante se tomó los testículos en el festejo, pero más importante que reflejar un enojo personal con algunos plateístas, fue acaso el símbolo de un equipo que cobra identidad, además con atributos de juego. Por eso Newell's los ve de arriba y hoy parece que todo lo puede.

Belluschi no venía jugando bien pero afloró su calidad y fue suficiente. Recibió de Cejas y estampó un terrible cabezazo al ángulo izquierdo.