Año CXXXVII Nº 49040
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 26/02
Mujer 26/02
Economía 26/02
Señales 26/02
Estilo 18/02

contacto

servicios
Institucional


 domingo, 05 de marzo de 2006  
Un plan para preservar las especies amenazadas
Un programa de la Dirección de Flora y Fauna busca formar cadenas productivas entre los cazadores

La Dirección de Flora y Fauna Silvestres y distintos zoológicos del país emprendieron en los últimos años varios proyectos sustentables y redituables para combatir el flagelo del tráfico de animales salvajes, lo que permitió que en 2005 se exportaran unos diez mil animales provenientes de programas de conservación.

En estos proyectos se busca armar una dirección de negocios para que todos los planes de manejo lleven a que la cadena productiva les genere una ganancia mayor a los cazadores y, de esta forma, puedan instalarse en la región y conservar su cultura, sin destruir el medio ambiente.

Hay una cantidad importante de animales para los que existen planes sustentables, tales como el programa de cotorras, de loros habladores, y de productos de criaderos (autóctonos y exóticos), entre otros.

De esta manera en 2005 fue posible exportar 2.248 cotorras, 4.582 loros habladores y 1.331 reptiles, entre otros, provenientes de programas sustentables de la especie y de su medio ambiente, generando también una fuente de ingreso, hasta ahora desconocida para la Argentina, y legal para los cazadores, según informaron fuentes de la Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

"A modo de ejemplo: en el mercado libre de iguana, cada piel se paga dos o tres pesos, mientras que en las áreas donde se aplica el plan se paga a cada cazador diez pesos", resaltó Gustavo Porini, de la Dirección de Fauna y Flora Silvestres.

Un día de jornal de un cazador está calculado para el interior del país en diez pesos, y si se tiene en cuenta que un loro hablador vale ocho pesos, se desprende que necesitará al menos capturar uno por día para sobrevivir. En cambio, mediante el uso sustentable, cada ejemplar de esta especie se paga 90 pesos, lo que equivale a nueve días de trabajo.

Los establecimientos responden a planes de manejo de las especies en la zona: se estipula la forma en la que la persona va a manejar la especie en el cautiverio para que sobreviva a lo largo del tiempo y se reproduzca.

"La Dirección de Flora y Fauna va al lugar y trabaja con las comunidades a campo abierto para crear áreas protegidas, donde se trabaja con los lugareños para obtener más crías, de las cuales se permite cazar sólo una fracción -que por las condiciones de cuidado significarán un número mayor de piezas-, por las que se le paga al productor lo que el animal vale", explicó el director del Zoológico de Buenos Aires, Luis Jácome.

Asimismo, al animal se lo conduce a su destino en las condiciones óptimas y es individualizado con un número y un chip, para verificar que nació en cautiverio, bajo un programa de conservación de esa especie. Así, si se compra este tipo de animales, se contribuye también al mantenimiento del bosque.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Notas Relacionadas
El tráfico de animales es el tercer negocio ilegal que deja más ganancias



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados