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 domingo, 05 de marzo de 2006  
El tráfico de animales es el tercer negocio ilegal que deja más ganancias
Después de drogas y armas, los contrabandistas apuntan a la fauna. Pero los cazadores cobran centavos

El tráfico de animales, el tercer negocio mundial por sus ganancias y su impacto ambiental después de las drogas y las armas, mueve millones de dólares para quienes tratan con otros traficantes en el exterior mientras los cazadores de campo cobran centavos por cada presa capturada.

En Argentina, los contrabandistas de animales logran sus mayores dividendos con aves como guacamayos, tucanes, loros y, en menor medida, cotorras. Las especies que proporcionan mayores ganancias a los contrabandistas son los guacamayos y tucanes, que son comercializados a Buenos Aires entre quinientos y mil pesos cada uno, para luego ser vendidos a Europa a razón de entre tres mil y cuatro mil pesos.

"Sin duda se está hablando de uno de los negocios más fabulosos e ilegales del mundo: se considera que después del negocio de las armas y el de las drogas viene el del tráfico ilegal de animales", dijo Luis Jácomo, director del Zoológico de Buenos Aires.

En tan sólo los dos meses que va del año, Gendarmería Nacional realizó 616 procedimientos en todo el país, en los cuales incautó gran cantidad de estas aves, además de reptiles, mamíferos y otros, mientras que en todo el año pasado hubo 6.240 operaciones en fauna y flora.

Pero para los lugareños las ganancias son pequeñas. La mecánica consiste en pagarle a éstos por la captura, por ejemplo, de un guacamayo, entre 10 y 15 pesos.

"Los valores son muy cambiantes y, generalmente, los precios que se conocen en la capital suelen ser muy altos, lo que lleva a una concepción equivocada de la cosa: los cazadores sacan al animal de su hábitat sin control, muchas veces se les muere, y si sobrevive no le pagan casi nada", explicó Gustavo Porini, vocero de la Dirección de Fauna y Flora Silvestres.

La razón por la que muchos continúan con esta actividad reside en los problemas sociales que se profundizaron en los últimos años en el interior de país, lo que llevó a que quienes tenían una historia de cazadores volvieran a empuñar sus armas para poder subsistir.

Así, una cola de yacaré se paga en Buenos Aires entre mil y dos mil dólares. Además, del cuero se aprovecha la carne que se envía a exclusivos restaurantes. Pero los cazadores reciben de 100 a 200 pesos por su tarea, según explicaron voceros de la Prefectura Naval de Corrientes.

"El principal destino de los animales capturados en el interior del país se dirige al Gran Buenos Aires, de acuerdo con lo que se detecta en los controles camineros sobre la ruta nacional 14", afirmó Miguel Rina, director de Flora y Fauna, ente dependiente del Ministerio de Ecología y Recursos Renovables de la provincia de Misiones.

Y en la mayoría de los casos gran parte de los animales no llega a su destino, debido a las condiciones del traslado, particularmente por el encierro y el hacinamiento que sufren en los cubículos en los que son transportados. Esto contribuye también a elevar el precio final de arribo de las piezas.

Para el gerente del departamento Fauna del zoológico privado Temaikén, Eduardo Francisco, "aunque es muy difícil llegar a la extinción de una clase de animal sólo a través de la caza, el peligro existe y obliga a que deba trabajarse a diferentes niveles".

"La Argentina es un país complejo porque tiene mucha extensión de frontera, de la cual gran parte es seca y muy fácil de cruzar, pero el control no es imposible", sentenció a su vez Gustavo Porini. (Télam)
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En dos meses Gendarmería realizó 616 procedimientos por contrabando de especies.

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