Producción. Los industriales golpeados por el intercambio bilateral buscan sacarle el jugo al Mecanismo de Adaptación Competitiva

Argentina y Brasil, la "segunda oportunidad"

Tras el acuerdo con el socio del Mercosur, el desafío es como poner en competencia a las cadenas de valor

Patricia Martino / La Capital

Tras casi dos años de negociaciones, los gobiernos de Argentina y Brasil llegaron a un acuerdo y crearon un mecanismo que permite a un país afectado por las importaciones de su socio, aplicar cupos y aranceles diferenciales por un período de hasta cuatro años para proteger los rubros industriales implicados en las asimetrías. Lo novedoso de la herramienta es que deberá ser acompañado por un plan de reconversión de la rama en peligro y, además, se contemplan instrumentos de regulación y arbitraje para evitar que las protecciones se perpetúen. Todo un desafío.

Ocurre que a nivel nacional son varios los sectores afectados por los productos brasileros, y en el último año la balanza se inclinó más para el lado de las importaciones. En Santa Fe la situación preocupa a los empresarios. Las industrias de la refrigeración, maquinaria agrícola, mueble, textil y calzado compiten en el mercado doméstico con la producción del vecino país que llega a menor precio, en gran parte por la fuerte política de financiamiento y asistencia que el Estado de Brasil ofrece a sus industrias.

Si bien las tratativas para crear un instrumento que equilibre el flujo comercial se iniciaron hace más de un año a instancias del gobierno argentino, que por esa época impuso unilateralmente cupos de importación a una serie de productos brasileños como calzados, electrodomésticos y textiles, la decisión final de crear un nuevo mecanismo llegó hace días.

La puesta en marcha del nuevo protocolo fue bien recibida por los industriales argentinos, no así por su pares brasileros. La cúpula fabril del vecino país consideró el mecanismo es "un retroceso tremendo" y dijo que el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva fue "benevolente" al conceder a su socio "derechos que sólo perjudican al Brasil".

Lo cierto es que el déficit comercial con el socio mayor del Mercosur alcanzó el año pasado 3.676 millones de dólares, el doble que en 2004. No obstante, un informe de Abeceb.com muestra que en enero de este año las tendencias que se vienen observando durante 2005 en el comercio bilateral entre Argentina y Brasil tuvieron variaciones. Si bien las exportaciones continúan creciendo, las importaciones frenaron su dinamismo y el saldo bilateral mejoró para la Argentina. Un poco por los cupos establecidos, un poco porque las inversiones permitieron aumentar la capacidad productiva de las empresas.

Según el estudio de la consultora, mientras que en el 2005 el desequilibrio con Brasil promediaba los 306 millones de dólares mensuales, en enero pasado el rojo se redujo a 183 millones de dólares, como consecuencia de una pérdida de dinamismo de las importaciones.

En cuanto a la puesta en marcha del protocolo, si bien el gobierno brasileño venía dilatando la respuesta al planteo de la Argentina, la crisis que atraviesa el Mercosur y que se generalizó con el resto de los socios obligó a un cambio de política.


El día después
Daniel Guida, director del Instituto de Estudios Económicos de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), destacó que el acuerdo es bueno porque significa que hay voluntad política de ir resolviendo asimetrías en la relación con el país vecino. La entidad que agrupa a los industriales de la provincia trabaja junto al gobierno santafesino en un estudio sobre las negociaciones económicas internacionales y en ese marco se comenzó a investigar cuáles son los sectores locales sensibles a las importaciones brasileras para arribar a un sistema de alerta temprana.

Las industrias de refrigeración, maquinaria agrícola, muebles, textiles y calzados se anotan entre los rubros que vienen siendo monitoreados por el equipo de la Fisfe. Pero los investigadores también indagarán sobre el sector de la industria automotriz, en particular chasis y vehículos; productos químicos; metales básicos como laminados y acero; y polímeros de papel, cartón y plásticos.

Respecto al protocolo acordado, Guida detalló algunos puntos para tener en cuenta. "Es un instrumento apropiado mientras esté pensado para reforzar la integración económica entre ambos países y también la del Mercosur. No se trata de perjudicar a la industria brasilera, por el contrario, al implementar esta herramienta hay que alcanzar niveles de inversión que permitan a las industrias sensibles reconvertirse y ponerse en condiciones de competitividad con Brasil y también para que junta a nuestro socio salgamos a buscar nuevos mercados en todo el mundo", explicó el analista.

El economista de Fisfe indicó que una vez que se ajusten algunos puntos, el mecanismo comenzará a funcionar y arrancará una etapa en la que cada sector analizará su posición en la relación comercial.

El investigador se encargó de dejar en claro que "no le estamos declarando la guerra a nadie". Es que, a su entender, no se piensa en generar un mecanismo para empeorar las cosas. "Es para beneficiar la integración. Si surgen algunas dificultades ambos países deberán pensar en modificaciones", subrayó.

El economista destacó que se arribó a un acuerdo con Brasil y no con otro país porque es con quien más asimetrías comerciales tiene la Argentina. "Si se analizan las exportaciones e importaciones argentinas, el primer gran indicador de sensibilidad es con Brasil, muy por delante de otros países como China, como muchos repiten sin demasiado conocimiento", advirtió el analista.

El protocolo de "adaptación competitiva, integración productiva y expansión equilibrada del comercio", establece dos caminos: la regulación del intercambio y la reconversión de la industria afectada. Los instrumentos acordados son los siguientes:

u Mecanismo de Adaptación Competitiva (MAC): permite aplicar un cupo sin arancel sobre las importaciones que provocan el daño. El excedente de esa cuota pagará impuestos por un nivel que no puede exceder el 90% del Arancel Externo Común (AEC). Podrá adoptarse por un plazo mínimo de un año y un máximo de tres, prorrogable por otro año más. Vencido el plazo no podrá ser aplicado a esos mismos productos por otro período de dos años.

u Antes de disponer el uso del MAC, las autoridades del país importador deberán abrir un proceso de negociación entre los sectores privados involucrados. Si no hay acuerdo, recién en esa etapa podrá iniciar investigación para determinar la necesidad de aplicar el MAC.

u Para determinar la existencia de un aumento sustancial de las importaciones se tendrá en cuenta el período de 12 meses previos a la fecha de apertura de la investigación.

u Todo el proceso (negociación, investigación y aplicación de medidas) será controlado por la Comisión de Monitoreo del Comercio Bilateral, creada hace dos años. Esta comisión deberá llamar a consulta a las partes privadas y además verificar que la aplicación del MAC no provoque el desvío del comercio a favor de un tercer país.

u Se conformará un grupo de expertos que actuará como instancia de apelación.

u Programa de Adaptación Competitiva (PAC): se instrumentará en paralelo al MAC. Se trata de un programa elaborado por los sectores público y privado de los dos países para lograr la integración productiva de la rama industrial que se beneficie con el MAC.

El presidente y la ministra de Economía junto a los representantes brasileños tras la firma del nuevo protocolo.