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miércoles,
21 de
septiembre de
2005 |
Docentes y alumnos, los perjudicados
Soy una madre y abuela de ex alumnos y alumnos que en los últimos años ha visto el deterioro progresivo de nuestra escuela pública, sobre todo en la infame década del 90. He defendido la escuela pública y gratuita desde mi juventud y asisto al escándalo de la irresponsabilidad de sucesivos gobiernos que han recortado los presupuestos educativos y la dignidad de educadores y educandos. El debate en torno al plan de lucha considerando a los docentes responsables es absolutamente falaz. Ellos son los principales perjudicados junto a los alumnos del deterioro sufrido: jubilaciones miserables, sueldos insuficientes, falta de elementos escolares, planes de estudio que no contemplan las verdaderas necesidades educativas. Entonces la pregunta sigue siendo: ¿cómo hacemos para mejorar la educación de los niños, si no mejoramos las condiciones de trabajo de los maestros? Debemos tomar conciencia de que nadie es ajeno a la educación, y en ella se juega el presente y el futuro de nuestro país. Una sociedad que se deja avasallar, cierra los ojos, olvida, está condenada a la destrucción. Debemos asumir esta lucha como algo que nos pertenece, para preservar la dignidad de cada uno de nuestros habitantes y lograr la Argentina que queremos: libre y democrática.
Delia Rodríguez Araya, ex jueza
de la Cámara Federal de la
Nación, ciudadana ilustre de la ciudad de Rosario
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