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 domingo, 28 de agosto de 2005  
Conflicto del Golfo. Los sunitas siguen obstaculizando las negociaciones con el gobierno kurdo-chiíta
Estados Unidos liberó a mil presos iraquíes

Bagdad. - Las fuerzas armadas estadounidenses liberaron en los últimos tres días a 1.000 detenidos de la prisión de Abu Ghraib, al oeste de Bagdad, a pedido del gobierno de Bagdad. Esta prisión fue el centro de un escándalo protagonizado por varios militares estadounidenses después de que se publicaran, en otoño de 2004, una serie de fotografías en las que se los veía torturando y humillando a prisioneros iraquíes. No estaba claro si la decisión tuvo relación con una demanda de los sunitas (quienes negocian un borrador de la Constitución), a las autoridades iraquíes para que liberen a prisioneros de esa etnia y así puedan participar en un referendo y en las elecciones este año. "Se que esto (la liberación) es grande, pero no puedo decir si está relacionada con lo que está sucediendo", dijo el portavoz del ejército estadounidense, el teniente coronel Steven Boylan. Todo apunta a que la decisión, solicitada por el Ejecutivo de coalición kurdo-shiíta, pretende convencer a los sunitas de que acepten el nuevo borrador de la Constitución, al que se oponen con firmeza.

Los militares dijeron que los prisioneros liberados no eran culpables de crímenes graves como ataques con bombas, asesinatos, torturas o secuestros y que han renunciado a la violencia. Antes de quedar en libertad se comprometieron a renunciar a la violencia.


Sin acuerdo
Líderes políticos de la minoría sunita, sector dominante durante el gobierno de Saddam Hussein, han resistido fuertemente el borrador para la Constitución propuesto por los partidos shiítas y kurdos que encabezan el gobierno. Las negociaciones para alcanzar un borrador se han extendido por semanas sin lograr un acuerdo final.

Los sunitas, que argumentan que la nueva Carta Magna podría conducir a la división del país, denunciaron recientemente que miles de prisioneros se encuentran en prisión sin estar procesados. El negociador sunita Saleh al Mutlaq dijo que el presidente Jalal Talabani había acordado liberar a centenares de detenidos antes del referendo constitucional del 15 de octubre.

En un documento, las fuerzas militares estadounidenses dijeron que los detenidos habían llegado a Abu Ghraib desde distintas zonas de Irak, tras la invasión estadounidense en marzo de 2003, pero no explicaron cuánto tiempo estuvieron arrestados.

Las autoridades estadounidenses mantuvieron a la prisión de Abu Ghraib -construida por el régimen de Saddam en los años 70, en las afueras de Bagdad- como un importante centro de detención tras la ocupación de Irak en 2003. Trascendió al ámbito internacional después de que miembros del ejército estadounidense fueron acusados de humillar y golpear a iraquíes que permanecían detenidos allí. "Quiero confirmar que aún está en marcha el proceso de liberación y esta cantidad de 1.000 podría incrementarse", declaró el consejero de seguridad nacional teniente general Wafiq al Samaraei.

Esta liberación masiva de presos es la mayor desde que EEUU asumió la responsabilidad de las cárceles de Irak y muestra que el gobierno de George W. Bush está dispuesto a ceder con tal de que se apruebe la nueva Constitución. El viernes, el presidente de EEUU se comunicó con el mayor político shiíta, Abdel Aziz al-Hakim, para pedirle que consiga el consenso necesario para que la Constitución pueda ser sometida a referendo con garantías de éxito.

Abdel Aziz al-Hakim es el poder en la sombra que maneja los enrevesados hilos de la alianza tejida entre shiítas laicos y religiosos, radicales y moderados.

Presionados por Bush, los shiítas ofrecieron a los sunitas dejar pendiente la cuestión del federalismo hasta después de las elecciones de diciembre. Sin embargo, los sunitas han anunciado a través de su portavoz, Saleh al Mutlaq, que no están dispuestos a renunciar a la unidad y la integridad territorial de Irak y que no aceptarán ningún documento que pueda sentar las bases para un futuro federalismo que ponga en juego el reparto de las riquezas petroleras del país.

Además, se niegan a aceptar el texto actual hasta tanto no sea reformado el artículo dedicado a la erradicación de los símbolos del partido Baaz, formación copada por ellos y que mantuvo en el poder la dictadura del depuesto Saddam Husein.

Incluso, los sunitas amenazaron con hacer recrudecer la violencia y boicotear el referendo si la coalición kurdo-shiíta presenta el borrador de la Constitución para que sea votada en el Parlamento sin su apoyo.

A pesar de la advertencia sunita, el presidente de la Asamblea Nacional iraquí, Hayim al Hasani, reiteró ayer que existe un acuerdo entre shiítas y kurdos y que hoy presentará a los legisladores el texto, que sería aprobado incluso sin la venia de los sunitas.

Más de cinco mil sunitas salieron el viernes a las calles de la ciudad de Baquba, el corazón de la insurgencia, para protestar contra la Constitución y defender "la unidad territorial y la soberanía de Irak".
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Los liberados de la prisión prometieron abandonar la violencia.

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