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 domingo, 28 de agosto de 2005  
Macroeconomía. Desde la ortodoxia, advierten sobre la presión salarial
"Los industriales se van a ver frustrados con el cambio real"
El economista Arriazu aseguró que el valor de la divisa no puede ser fijado por el gobierno

Marcos Cicchirillo / La Capital

Amante del tipo de cambio fijo, Ricardo Arriazu cree que el gobierno irá subiendo la cotización del dólar para buscar mantener la competitividad local, pero dijo que los industriales se verán "frustrados" de todas formas con el tipo de cambio real. Después de una charla que brindó en la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (Ucel), en el marco del ciclo de conferencias organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (Iaef), el economista habló con La Capital también sobre el eterno revival de campo versus industria y las perspectivas respecto de la inflación.

-¿Qué opina de la discusión que existe sobre el valor que debe tener el dólar?

-En realidad la discusión es en torno al tipo de cambio nominal, que es lo único en lo cual el gobierno puede influir. Sin embargo, el gobierno quiere discutir sobre el tipo de cambio real, pero no puede. Es cierto que hay un grupo de economistas, empresarios y gente del gobierno a la que le gustaría tener un dólar real alto para favorecer las exportaciones y proteger el mercado local de las importaciones. Les gustaría que quede en tres y los precios no suban. Pero el tipo de cambio real está determinado por la productividad de la economía, el nivel de gasto público, los impuestos, etcétera. Lo que está pasando es que después de la devaluación el tipo de cambio real se fue apreciando. A algunos economistas y al Fondo Monetario Internacional (FMI) les gustaría que esto se haga más rápido vía el tipo de cambio nominal, que baje de 2,90 a 2,60.

-¿Y a usted qué le gustaría?

-Yo soy partidario del tipo de cambio fijo. Si hubiese tenido que haber un ajuste del tipo de cambio nominal se tendría que haber producido antes, no ahora. No creo que la compra de divisas sea inflacionaria. Sí creo que el tipo de cambio real se está apreciando, buscando su valor de equilibrio mucho más bajo de lo que a mucha gente le gustaría.

-¿Cómo cree que actuará el gobierno?

-El gobierno va a querer que el tipo de cambio comience a subir para mantener el tipo de cambio real. Comparto con ellos en este momento la idea de dejar estable el tipo de cambio nominal. No comparto la idea de que el tipo de cambio real lo pueda fijar el gobierno. En el futuro creo que comenzará a deslizarse suavemente hacia arriba. No creo que lo vayan a dejar caer.

-¿Entonces cree que el gobierno irá hacia los 3,10/3,15 como piden los industriales?

-Los industriales piden que vaya a 3,10/3,15 con estabilidad de precios. Porque a ellos lo que les interesa en realidad es a cuánto compran. Pero creo que se verán frustrados en el tipo de cambio real. La única manera de mejorarlo es justamente mejorando la productividad. Un ejemplo muy sencillo: si usted cree que los argentinos son más petisos que el resto del mundo, y que cambiando el metro a la mitad, en lugar de medir 1,75 pasa a medir 3,50, creará que los argentinos son más altos. Sin embargo, el que en ese momento medía 1,90 pasará a medir 3,80. El tipo de cambio nominal no me cambia eso. Es sólo una unidad de cuenta. El gobierno quiere que cambie, que cambie para él y no para el resto.

-¿Qué opina sobre la pelea campo versus industria?

-Eso es algo de todos los días. En la Argentina siempre tenemos un sector que trata de sacarle una tajada a otro sector. En lugar de entender que si no hay crecimiento global, nadie estará mejor.

-¿Cree que se abrió un proceso inflacionario o responde más a cuestiones de expectativas?

-Cuando se devaluó subieron los precios que estaban atados al tipo de cambio como la harina, la carne, pero muchos no subieron, porque los controló el gobierno o había recesión. A medida que hay más actividad y el gobierno no puede seguir controlando esos precios, se irán recuperando. Es un proceso que llevará año y medio. Eso para mí no es inflación, es un simple cambio de precios relativos rezagados. Pero un aumento de salarios por encima de la productividad o una expansión del gasto público sí pueden generar inflación.

-Pero la recuperación salarial no fue de la mano de los precios.

-Primero, los salarios de los empleados públicos en las provincias subieron más del 30%. Dos, cuando yo comienzo a dar aumentos por decreto, el resultado es que la mayoría de los formadores de precios que están en la canasta y son empleadores formales, también suben los precios.

-De todas formas, las harinas, los aceites, la industria metalúrgica, subieron los precios casi un 300% mientras que los salarios lo hicieron en el mejor de los casos un 70% ¿No es más bien una discusión sobre la distribución que sobre la inflación?

-Hasta ahora no hay problema de inflación, hay dos variables que la pueden convertir en inflación: aumento de salarios y del gasto público. Las dos cosas se están dando. Si usted me dice que el aumento de salario es natural. Sí, hasta un cierto nivel. Pero cuando usted tiene una industria que pidió un salario mínimo que es superior a lo que puede dar en promedio toda la economía, eso no puede durar.
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