Año CXXXVII Nº 48686
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Educación
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Salud 09/03
Autos 09/03
Turismo 06/03
Mujer 06/03
Economía 06/03
Señales 06/03
Educación 05/03

contacto

servicios
Institucional


 sábado, 12 de marzo de 2005  
Mentiras verdaderas
La salida de los juveniles suma incertidumbre

La historia de la salida de cinco juveniles de Rosario Central sigue dando que hablar. Y ayer se sumaron nuevos elementos para embarrar la cancha. Por un lado, el presidente auriazul Pablo Scarabino acercó a Ovacion la documentación que, según dijo, confronta con las declaraciones de los padres a este medio el día anterior. Por el otro, el progenitor de uno de los implicados salió nuevamente a desmentir al titular canalla (ver aparte). En el medio, queda la sensación de que los involucrados tienen razón en parte y que cada uno cuenta sólo "su" verdad.

Para hilvanar esta historia hay que remitirse al 28 de enero de 2003. Ese día, la comisión directiva anterior le cedió al empresario Daniel Grinbank los pases de los juveniles Alejandro Faurlin, Renzo Funes, Cristian Yassogna, Jorge Rodríguez, José Herrero y Alvaro Moisés, con la firma de los padres, a cambio de un dinero (1.500.000 dólares) que le sirvió al club para cubrir una cuenta bancaria y para renovar los préstamos de Horacio Carbonari y Mariano Messera.

El club rescindió el vínculo con los chicos auriazules pero formalizó un préstamo que vencería el 30 de junio de 2004. El cambio de conducción auriazul, en el segundo semestre de 2003, cambió las cosas, y los nuevos dirigentes desconocieron ese acuerdo con Grinbank e hicieron uso de los derechos federativos sobre los jugadores, logrando que la AFA los declarara propiedad de Central el 1º de febrero de este año, a excepción de Moisés, al que sí se lo consideró libre por no haber sido "clasificado por el club para el 2004".

El boletín 3701 que dio a conocer esa resolución, decía además: "... No haciendo lugar al pedido de libertad de acción...", sin aclarar quién elevó ese pedido, que habría sido hecho en conjunto por los padres de los jugadores. Al menos los de Alejandro Faurlin lo hicieron, de acuerdo a la documentación acercada por Scarabino. Además, el padre de José Herrero confirmó (ver aparte) que todos juntos hasta presentaron recursos de amparo.

De hecho, Scarabino también acercó la documentación que certifica que los padres de los otros chicos efectuaron el mismo reclamo ante Central en distintas fechas, desde septiembre a diciembre del año pasado, pidiendo la libertad de acción de sus hijos.

Aquí reside la polémica y los dimes y diretes acerca de quién tiene la razón. Según Scarabino, esa solicitud de los padres significaba recurrir a la patria potestad. "Interpusieron ese recurso y ya no nos quedaba alternativa", le dijo el jueves a Ovacion.

En realidad, los padres solicitaban que el club cumpliera el contrato suscripto el 28 de enero de 2003, haciendo uso de la patria potestad pero sólo para efectuar el reclamo, porque ninguno de los juveniles podía hacerlo por ser menores de edad. Es decir, no tenían otra alternativa, según le confió a este diario la abogada María Susana Romero Acuña, especialista en temas de defensas de menores y familia, quien a su vez dijo que existe un vacío legal en cuanto hasta dónde llegan los derechos de los clubes al reclamo por la formación de sus jugadores y hasta dónde los de los padres para sacarlos de una institución, "agravado porque hay empresarios en el medio".

Así, los padres coincidieron en que "no presentamos ninguna carta reclamando el derecho a ejercer la patria potestad", para sacar a sus hijos de Central. Pero, de acuerdo a la documentación en poder de Ovacion, sí tenían la intención de que no jugaran más en Arroyito pese a lo que aseguraron varios de ellos, ya que reclamaron su libertad de acción.


La otra historia
La historia terminó con la mayoría de los jugadores en River y con algunos eslabones que faltan para hilvanar esta cadena. El interrogante es por qué Central, si tenía toda la razón, no llevó el caso hasta las últimas consecuencias, como sería afrontar un reclamo judicial de los padres por ejercicio de patria potestad, tal el resonado caso de Boca con Fabricio Coloccini. La respuesta sería que hubo un acuerdo en el medio.

Precisamente, basado en ese caso y en el de muchos otros, el club sabía que tenía todas las de perder y tarde o temprano los jugadores se les irían, además porque los padres se movían corporativamente bajo la tutela de Grinbank, al que parece le debían mucho, porque si no no se explica por qué querían que sus hijos quedaran libres (en todo caso era un problema del club y el empresario) si la mayoría ni había tocado la primera.

Y Rosario Central no habría dejado que las cosas fluyeran y que los padres llegaran a un juicio, tal como suponía en vista del reclamo de libertad de acción, porque antes de quedarse sin absolutamente nada habría aceptado el pago de unos 240.000 dólares de parte de Grinbank, como le confirmó una alta fuente de la comisión directiva a Ovacion.

Si esto es cierto y se hubiera hecho público, tal vez no se hubiera desatado un escándalo de esta magnitud, teniendo en cuenta que todo el mundo sabe que los clubes están en desventaja en estos casos. Pero lo cierto es que no fue así y que por eso aún queda tela para cortar.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Alejandro Faurlin (der.) es uno de los chicos que se fue.

Notas Relacionadas
Villa recibió el alta médica de Campillo

La polémica sigue en Tribunales

Otro padre que salió al cruce


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados