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 miércoles, 09 de marzo de 2005  
La totalidad de las bancadas, con excepción de la del MAS, acordaron un pacto de gobernabilidad
El Congreso de Bolivia rechazó la renuncia del presidente Carlos Mesa
Ante el Parlamento, el mandatario convocó al país a marchar mañana para repudiar los cortes de ruta

La Paz. - El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, fue ratificado anoche en su cargo por el pleno del Congreso que rechazó su renuncia luego de que fuera presentado un acuerdo que garantice la gobernabilidad del país firmado por el Ejecutivo y la mayoría de las bancadas parlamentarias. El presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, informó que el Congreso llegó a un convenio con el presidente para que se mantuviera en el cargo a condición de que el Legislativo le garantice un "acuerdo ante la nación" de gobernabilidad que avale la mayoría del Parlamento. "El Congreso resuelve negar la renuncia al cargo de presidente de la república de Carlos Mesa ante el Congreso Nacional", sostiene la resolución por la que se rechaza la dimisión del mandatario.

El pulso entre poderes se originó después de que el gobernante amenazó antes del debate parlamentario con renunciar ayer irrevocablemente, en caso de no concretarse un convenio que facilite la aprobación de la ley de hidrocarburos, la elección de gobernadores, la consulta proautonómica y la Asamblea Constituyente.

Los 157 miembros del Parlamento (27 senadores y 130 diputados) aprobaron la continuidad de Mesa, que inició su gestión hace 17 meses tras la renuncia, en medio de una convulsión social, del entonces gobernante, Gonzalo Sánchez de Lozada. Los legisladores llegaron a un consenso con la administración de Mesa, aunque el Movimiento al Socialismo (MAS), del líder cocalero Evo Morales, no suscribió el denominado "Acuerdo ante la Nación", pero sí votó por rechazar la renuncia.

Tras conocerse la decisión parlamentaria, Mesa se dirigió al Congreso, rodeado de una multitud de varios miles de personas que desde la tarde se mantuvieron en las puertas del palacio de gobierno para pedirle al mandatario que se mantuviera en el cargo. "Mesa, Mesa, Mesa, querido el pueblo está contigo", coreaban los seguidores del presidente, quien respondió a ellos levantando las manos y sonriendo, mientras una banda del ejército tocaba la marcha presidencial.

El presidente firmó en el Congreso con los líderes de ese cuerpo y los representantes de los principales partidos, con excepción del MAS, un acuerdo por el que se comprometen a flexibilizar el texto de la ley de hidrocarburos, garantizar la convocatoria a elección de prefectos, de una asamblea constituyente y de un referendo sobre autonomías.


La negativa del MAS
El diputado Santos Ramírez, del MAS del líder cocalero Evo Morales, anticipó que ese partido no se sumará al consenso entre el gobierno y el Legislativo. "No vamos a firmar este documento que se pretende consensuar entre todas las bancadas para comprometer al Congreso. En este país hay un Estado y el Estado funciona en base a la interdependencia de los tres poderes: el poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial y vamos a ser respetuosos de esta interdependencia de poderes", añadió el hombre del MAS. Este movimiento es considerado el principal impulsor de los cortes de ruta que paralizan a Bolivia.

Ante el Congreso, y luego del rechazo unánime de su renuncia, Mesa dio un discurso breve pero lleno de definiciones. "Vivimos hoy un momento particularmente importante de esa corta historia iniciada 17 de octubre de 2003", cuando Mesa asumió. Subrayó "la decisión de un país por resolver con sensatez, con racionalidad, con espíritu de paz y sentido de futuro una crisis institucional que tuvo un origen y razón que es importante explicar. Hace un par de días presenté al Congreso mi renuncia. Lo hice porque creía que el país estaba llegando a un punto muerto en su posibilidad de resolver los problemas más importantes. Y pensé que no podíamos arriesgar la profundización de ese punto muerto hasta lo irreversible. El país había entrado en una espiral de intolerancia, no por los ciudadanos, sino porque sectores radicales, a veces minoritarios, a veces no tanto, creían que la única forma de lograr sus objetivos era por la vía de la violencia y el bloqueo del país. Me pareció indispensable detener la espiral y obligar al país a reflexionar. Seguir en la lógica del bloqueo y la intolerancia fue, es y será suicida. Expresé que así no podía gobernar más la nación, que así era imposible lograr los objetivos esenciales. No estoy dispuesto a hacer cosas que positivamente sé van a inviavilizar a Bolivia. Mi renuncia no fue producto de cálculo político. Fue la angustiada decisión de un hombre con la máxima responsabilidad que le confiere una sociedad. La posibilidad de una renuncia irrevocable estaba presente si no conseguía condiciones mínimas que creo que hoy tenemos, razón por la cual estoy aquí".

Continuó: "Hemos buscado la inflexión de una ruta equivocada para Bolivia. El país le ha dicho no al bloqueo y a la violencia". Sobre la ley de hidrocarburos elogió la que propone al Congreso, que "garantiza ingresos, que dice que la inversión es bienvenida, da seguridad jurídica y soberanía. Esta ley que necesitamos urgentemente tiene hoy un consenso". Prometió que se transformarán en ley en el corto plazo los otros puntos del acuerdo: la elección de prefectos, las autonomías de los departamentos y la convocatoria a una constituyente.

Por último, Mesa comentó: "Este conjunto de acuerdos ha merecido este momento difícil". El presidente invitó a Evo Morales a sumarse al diálogo. Y pidió que mañana al mediodía toda la sociedad boliviana se reúna en las capitales de los 9 departamentos para manifestar "nuestra oposición militante a los bloqueos" de rutas. "No pido una marcha de respaldo al presidente, sino para decirle no al bloqueo a Bolivia, queremos un país de libre tránsito". También reclamó a los manifestantes que no usen expresiones racistas.
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El presidente apostó a lograr un acuerdo institucional y lo logró.

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