El misterio puntano

La Punta es una ciudad construida por sus propios habitantes, gracias a los planes de inclusión social que en San Luis son los más altos desde el punto de vista económico, y diseñada por ellos mismos. Un vecino eligió una extraña metáfora para describir la situación: "Si a La Punta la hubiese inventado la madre Teresa de Calcuta nadie diría nada porque es la sociedad ideal pero la crearon los Saá y eso genera prejuicios".

En San Luis nadie pone en duda, ni siquiera los adherentes, que los hermanos Rodríguez Saá poseen beneficios extras por su condición de caudillos provinciales; esto es, propiedades por doquier y un fuerte manejo de la prensa. Es más, hasta está legitimada esa condición y los puntanos lo expresan con orgullo. La síntesis es "San Luis, una provincia distinta".

Nadie se asusta de la enorme cantidad de propiedades que los puntanos más famosos tienen en la provincia y es más, nadie cuestiona esa situación por más que resulte extraño de comprender. "Todo está bien mientras el pueblo esté bien y eso es lo que sucede acá; la gente está bien", grafica un adherente a los Saá, algo tan común cómo incomprensible para el ciudadano de la Pampa Húmeda.

En San Luis todo es factible. Desde el militante que admite que sus jefes poseen decenas de propiedades, de dudosa procedencia si se tiene en cuenta el sueldo de un gobernador, pero argumenta que "la provincia está bien" hasta los detractores que sólo ven en los Saá "el resabio de una familia patriarcal que hace y deshace a su antojo".

Lo concreto es que pocos son los que cuestionan a los Saá sobre el manejo de la provincia y en esto funciona una lógica que llama la atención y que todos reconocen como valedera. Los números le dan la razón a los Saá; aquellos mismos números que en otras épocas demostraban que el país estaba inserto en el mundo y con porcentajes de crecimiento envidiables para los países del Primer Mundo. Por lo pronto habrá que seguir esperando para develar el misterio de la provincia puntana o de la propia Punta; una ciudad creada a gusto y placer de los hermanos Rodríguez Saá.