| domingo, 06 de febrero de 2005 | Exploraciones Una ciudad color de rosa La Punta, en la provincia de San Luis, tiene características que la hacen única y que pretenden convertirla en un modelo de desarrollo Gustavo Orellano - Carlos Barbarich / La Capital No es una ciudad más. Tiene características que la hacen diferente a las demás localidades puntanas y del resto del país. Y no es una exageración. Su moderna estructura urbana y su ubicación estratégica para el desarrollo turístico son sólo algunas de las cualidades que muestra La Punta, una comunidad ubicada a 20 kilómetros de la ciudad de San Luis donde la tranquilidad se conjuga con el imponente paisaje de sus sierras. Allí habitan unas 10 mil personas que viven del Plan de Inclusión Social instrumentado hace un tiempo por el gobierno provincial y que permitió bajar la desocupación a menos del tres por ciento.
La Punta fue fundada el 26 de marzo de 2003 por el ex gobernador Adolfo Rodríguez Saá y a casi dos años de existencia ya se convirtió en un modelo a nivel nacional de lo que significa el crecimiento sustentable. Claro que ello no es casualidad sino producto de una planificación que contempla cada uno de los aspectos que hacen al desarrollo integral y armónico de una población.
Impresiona su fisonomía, pero no es menos seductor lo que promete a futuro. Es que todo está hecho y pensado con perspectivas de progreso. Un moderno sistema de cableado subterráneo abastece de energía eléctrica a esta ciudad cuya cuadrícula urbana lejos de invadir espacios verdes los preserva como un verdadero patrimonio natural. Son poco más de tres mil quinientas viviendas de dos dormitorios que lucen en sus techos tejas rojas que desde lejos se ven aún más lindas por su uniformidad estética.
También posee una escuela del ciclo EGB donde concurren 1.200 alumnos, un hospital, una comisaría, baterías comerciales, un museo de arte moderno, un parque infantil, varias plazas y el codiciado Data Center, un centro informático que además provee gratuitamente de los servicios de teléfono e internet a todos los colegios y organismos públicos de la provincia. Además se está construyendo una universidad modelo, un balneario municipal y está proyectado edificar una escuela de nivel polimodal.
Pero La Punta también apuesta al deporte y muestra con orgullo uno de los estadios más modernos del país. Se llama Juan Gilberto Funes, en memoria al ex delantero puntano que brillara en River Plate y Vélez Sarsfield, con capacidad para 15 mil espectadores sentados, gimnasios, sala de enfermería, palcos, cabinas de prensa, entre otras comodidades.
La ciudad cuenta con todos los servicios públicos, excepto gas natural que está previsto proveerlo para julio del año próximo, lo cual no sólo será un beneficio para los habitantes si no que acelerará la radicación de industrias y comercios. "Sólo permitimos la instalación de empresas no contaminantes", se apura en aclarar el delegado organizador de La Punta, Enrique Cabrera, un joven de treinta años que cumplirá la función de intendente hasta que convoque a elecciones para que los pobladores elijan a sus representantes.
También está pensado destinar un espacio para la radicación de casas residenciales y el mayor objetivo es transformar a La Punta en la ciudad del cine. "La idea es que aquí funcionen estudios cinematográficos aprovechando una ley provincial por medio de la cual se destinan 25 millones de pesos anual para filmaciones que se realicen en San Luis", explica Cabrera.
El lanzamiento de la iniciativa se hizo en el marco de un megacarnaval que culminará hoy y que intenta ser la fiesta tradicional de la novata localidad puntana.
"Cuando ingreso al municipio tuve que empezar de cero; sólo existía su estructura pero carecía de circuito administrativo y de normativas que regulen el funcionamiento de la ciudad", recordó Cabrera, quien antes de ejercer el cargo se desempeñaba como diputado provincial.
Los habitantes de La Punta son oriundos de San Luis y de otras provincias del norte argentino, de Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza, Córdoba y San Juan. Llegaron hace unos años para probar suerte y se afincaron definitivamente.
Sucede que todos tuvieron la posibilidad de tener un techo propio en La Punta y no lo desaprovecharon. Pagan una cuota mensual de 60 o 90 pesos, según las características de la vivienda, y apenas quince pesos en concepto de impuestos provinciales y servicios. Algunos pobladores se movilizan diariamente en colectivo para cumplir con sus obligaciones laborales en la capital provincial, pero la mayoría trabaja en su pueblo en tareas de forestación o ejecución de obras públicas, por lo que reciben un pago extra sobre lo que perciben del Plan de Inclusión Social, cuyo monto es de 330 pesos.
"La Punta es un lugar privilegiado para vivir ya que es una ciudad ecológica y donde se trabaja a favor de la cultura y el conocimiento -expresa Cabrera-. Como es una localidad nuevo sus habitantes recién se están conociendo, pero de a poco se organizan para acompañar el crecimiento".
Asimismo remarca que "la ciudad está pensada para 35 mil personas y con perspectivas de futuro. Nada se improvisa, todo está planificado para lograr un desarrollo armónico". En ese sentido "se pondrá en marcha un plan para la selección de residuos, mientras cuidamos el agua potable utilizando para el riego un acueducto natural". También se proyecta la pavimentación de la localidad ya que actualmente sólo están asfaltadas sus dos arterias principales: las avenidas Tobar García y Serrano. "De todas maneras eso lo resolverán los vecinos", aclara Cabrera.
Cualquier desprevenido encontraría en La Punta un lugar ideal para el desarrollo armonioso entre los seres humanos. Obviando los prejuicios que existen básicamente desde la prensa porteña hacia los hermanos Rodríguez Saá, todo en La Punta es color de rosa. enviar nota por e-mail | | Fotos | | La Punta se desarrolla como un centro turístico. | | |