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 domingo, 12 de diciembre de 2004  
Opinión: "No se olviden de Solari"

Luis Alberto Yorlano

En Rosario hay dos cosas que han quedado selladas a fuego entre su gente."Comegatos y pechos fríos" . La primera por aquel recordado "circo" armado por un canal de televisión de Buenos Aires, cuando este contrató a un atorrante, esos que se dan vuelta como un bolsillo por dos pesos, y ante las cámaras puso sobre la parrilla tres gatos. Ante la vista del mundo pasamos a ser rosarinos comegatos. La otra. que corresponde a la órbita futbolística tuvo como protagonista al Indio Solari, cuando en l987 siendo técnico de la primera división de Newell's y ante el magro aliento de su tribuna dijo " nuestros hinchas son pechos fríos".

Era la presidencia de Eduardo Gallo y quedó estupefacto por las declaraciones del Indio y además se le abría un panorama bastante complicado. La gente se volvió loca y su situación era comprometida, ya que un empleado del club ofendía a sus hinchas como timoratos y sin alma. Los de Central se hacían el picnic con este dicho.

La familia Solari tenía en su seno a dos integrantes que conocían la pasión y el sentimiento futbolístico de la ciudad. Eduardo, jugador de Central, y el Indio de Ñuls. No hay dudas que en muchas de las discusiones sobre el manejo que hacían los dirigentes de uno y de otro club habrían discutido a fondo y ahí comenzaría la lucha interior del Indio para cambiar la historia.

Un poco de historia ayudará a dilucidar muchos porqué. Cuando se buscaba qué cancha sería subsede en el Mundial del 78, mientras en la sala de espera del Almirante Lacoste esperaban los del Parque, salían del despacho los dirigentes de Central acompañados por políticos y sindicalistas, con la mitad del sí para que su estadio fuese la sede de Rosario. Es decir siempre lo llevaban por delante y como corolario de esta historia de la subsede, permítanme contarle como fue el golpe final. Los de Ñuls pensaban que cuando llegaran la gente de la FIFA, se iban a quedar con la cancha del parque Independencia. Las autoridades que llegaron del ente mayor del fútbol del mundo, y eran los que debían dar el veredicto, visitaron desde la Municipalidad los lugares donde estaban enclavados los dos estadios. Lo que no sabían los rojinegros eran que tenía un peso importante el tiempo que se tardaba en llegar y salir de los mismos, mientras que los dirigentes del Parque, creían que eran las zonas de la ciudad más atractivas para el turismo las que tenían que mostrar. ¿Que hicieron los de Central? Salieron de la sede del municipio, con móviles y motos policiales y con reloj en mano , y los de Newell's los paseaban por los lugares históricos de Rosario. En unas de las reuniones el entonces secretario Rodenas, dijo que los trasatlánticos podía amarrar frente al estadio. En definitiva una vez más los pasaban al cuarto.

No hay dudas que hoy como se maneja la hinchada leprosa, se lo deben agradecer al coraje de Solari, que le mojó la oreja y les abrió lo ojos , para que observaran como los de "enfrente" le creaban hechos para dejarlos siempre en el segundo plano. Tantas cosas que se comentaban, ciertas o falsas, fueron alimentando odios entre las hinchadas que hoy nadie puede negar.

Con aquella frase de Solari, se fue acentuando el amor propio de los hinchas de ñuls. Aparecieron los duros de las barras, también seguramente como ocurría en Central, tuvieron que pagar presencia y patoterismo. Poco importaba, el tema era no quedar afuera de la discusión de quién tiene más aliento. En la actualidad, a diferencia de otros años, las cosas están muy peleadas. Y hoy "que puede ser un gran día" para los leprosos, cuando se vayan enfriando los ánimos y el cansancio los lleve a la reflexión dirán "cómo nos hizo cambiar el Indio" y no faltará el del tablón que pasó por el colegio, que diga "el indio Solari fue como Pedro de Mendoza, un adelantando". Más allá de los jugadores y el cuerpo técnico, la presencia de la hinchada tuvo mucho que ver en esta antesala que puede llevar a su equipo a ganar el Apertura 2004. l
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