Año CXXXVII Nº 48525
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
Opinión
El Mundo
Escenario
La Región
Policiales
Cartas de lectores
Agenda argentina


suplementos
Ovación
Salud
Autos


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 26/09
Mujer 26/09
Economía 26/09
Señales 26/09
Educación 25/09
Campo 25/09
Salud 22/09
Autos 22/09


contacto

servicios

Institucional

 miércoles, 29 de septiembre de 2004

Informe estadístico

Las exportaciones de productos de conejo al finalizar los primeros nueve meses de 2003, arrojaron cifras sorprendentes para un sector exportador considerablemente pequeño e incipiente. De enero a septiembre de ese año se vendieron en total 228 toneladas, de las cuales el 98,5% fueron de carne, cortes y reses y el 1,5% de subproductos, como cueros, pelo y sesos.

Durante el primer semestre del corriente año los negocios duplicaron el nivel de ingresos de divisas registrado a lo largo de todo 2003, según un informe del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

Entre enero y junio pasados, la comercialización fue de 595 toneladas por un valor de 3,073 millones de dólares, frente a las 379 toneladas de 2003, que representaron una facturación de 1,664 millones de dólares.

El principal destino para la carnes frescas de conejo fue Holanda con envíos de 177 toneladas y un valor de 944.000 dólares, en el primer semestre de 2004. En todo el año anterior las ventas a Holanda fueron de 138 toneladas por un monto de 586.000 dólares. Los otros destinos fueron España, Austria, Bélgica, Alemania y Francia.

En 2002, luego de más de siete años sin exportaciones, en la Argentina se reiniciaron los envíos hacia la Unión Europea sumando 124 toneladas por un total de 491.000 dólares.

La entrada a la Unión Europea del conejo argentino abrió nuevas expectativas para los criadores experimentados, muchos nuevos que buscaron diversificarse y de nuevos emprendedores. Gracias a la constante investigación genética en países productores de conejos -durante los últimos veinte años los trabajos han sido orientados hacia el mejoramiento de performances de crecimiento y rendimientos óseos- a la tarea de los ingenieros industriales en balanceado para las distintas etapas del animal, sigue la capacitación para el criador, la incorporación de rutinas de trabajo y de tecnología con el nuevo tipo de jaulas cómodas para la hembra y su cría, modificando totalmente la manera de crianza.

Sin embargo, en la Argentina la mayoría de los criadores no trabajan con reproductores genéticamente mejorados. Cuando un animal no rinde lo esperado, la única culpa la tiene el alimento balanceado. Una buena genética y un buen manejo, acompañados de balanceados que en Argentina llevan años produciéndose, no tienen por qué crear problemas; ni tampoco llegar a los 90 días para recién tener un conejo terminado, ya que el animal debe estar en condiciones óptimas entre los 75 y 80 días de vida como máximo.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Notas Relacionadas
La cría y comercialización de conejos ya es un boom en el sur santafesino


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados