Puñalada en la cara a un obrero para robar su bicicleta

Llegó con la hoja incrustada al hospital y lo operaron con el peor diagnóstico. Pero no tendría lesiones neurológicas

La policía no sabía cuántos fueron los ladrones que asaltaron a Fabián Ramón Godoy ayer a la mañana cuando se dirigía a trabajar en su bicicleta. Pero más difícil de comprender es la brutalidad con que los delincuentes quisieron robarle el rodado, porque cuando el obrero, de 33 años, se resistió y forcejeó para no perder el único medio que tenía para ir a su empleo, le aplicaron una puñalada en la frente, arriba de las cejas, y lo desvanecieron. La víctima ingresó con el cuchillo de unos 20 centímetros de hoja clavado en la cabeza al Hospital Clemente Alvarez y un equipo de especialistas realizó una operación de más de dos horas para extraerle el filo. Por la noche su diagnóstico, inicialmente considerado de una gravedad irreversible, era más que alentador.

"Los médicos dijeron que hay que esperar. Después veremos", manifestó Stella Roldán, la esposa de Godoy. Eran las 10 de la mañana y esperaba novedades en la sala de guardia del Heca junto a la mayor de sus hijas, Mariel, de 13 años. Le habían advertido que en caso de que su compañero conservara la vida, seguramente arrastraría una grave secuela neurólogica.

Fuentes policiales consignaron que Godoy fue abordado por al menos dos ladrones cuando se dirigía a su puesto en una fábrica de plásticos ubicada en la zona norte. Eran cerca de las 5.30 e iba en su bicicleta por Rouillón al 1800, a pocos metros del cuartel de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE). "Sospechamos que la víctima se resistió al atraco y entró a forcejear con los ladrones, hasta que uno le aplicó una puñalada en la cabeza", comentó un vocero ligado a la investigación.


El primer pronóstico
Según esa versión, los asaltantes huyeron con la bicicleta y Godoy quedó tirado en el piso con el puñal clavado en el cráneo. El obrero fue socorrido por un móvil policial que lo llevó directamente el Heca. "El paciente ingresó con una herida de cuchillo que le perforó la tabla del cráneo, le ingresó al cerebro y se lo atravesó en su totalidad", consignó a la mañana el jefe de Guardia del nosocomio, Ricardo España.

El médico agregó que Godoy ingresó "lúcido" al hospital y que la primera medida que se le practicó fue una tomografía computada de cráneo. "Allí se vio claramente el arma, que es de dimensiones importantes. Suponemos que la persona que se la clavó tuvo que ejercer mucha fuerza para hacerlo", añadió a media mañana. "El pronóstico es muy grave", postulaba.

Pero a diez horas de ese primer diagnóstico, uno de los médicos de Terapia Intensiva, Guillermo García, planteó que el estado neurológico del paciente parecía bueno. "Es muy raro, la tomografía sugería que el cuchillo le había atravesado el cerebro. Pero un examen más profundo indica que no tiene lesiones severas. La hoja entró al lado del ojo, pero incluso el globo ocular parece estar indemne, por lo que ni siquiera perdería la vista", planteó. Al cierre de esta edición, Godoy estaba inconsciente bajo los efectos de sedantes, estable y en recuperación aparente.

Stella y Mariel durante la mañana contenían las lágrimas. Hacía pocos días que el padre de familia había conseguido un puesto en una fábrica de plástico de barrio Ludueña. "Siempre trataba de salir en bicicleta por Avellaneda. No sé por qué fue por Rouillón.", narró Stella, venciendo apenas un nudo en la garganta.

Stella y Fabián se casaron hace 13 años y desde siempre viven en una casita en Rouillón y Esteban Maradona, en la zona sudoeste de la ciudad. Fabián era hasta ayer el único sostén económico de la familia, integrada, además de Mariel, por Pamela, de 9 años, y Chiara, de 5 meses. "No sé qué vamos a hacer. Por ahora hay que esperar, pero no nos dieron muchas chances", añadió la mujer. Por la noche, con la revisión del diagnóstico, debió recuperar el aliento.

Stella, la mujer de Fabián Godoy.