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 sábado, 25 de septiembre de 2004

¿Hasta cuándo los ruidos molestos?

¿Hasta cuándo los ruidos molestos? Señor intendente: Esta es la pregunta que desde hace años me planteo todos los días. Soy vecino de la calle Santa Fe al 4800 y desde hace seis años se instaló un templo religioso, del cual sólo me separa una medianera. Desde ese mismo momento comenzaron las penurias para toda mi familia, ya que perdimos el derecho a descansar, a dialogar, a estudiar, a mirar televisión o simplemente a estar en silencio, pues estas personas se reúnen a orar y a cantar con una verdadera orquesta pues cuentan con batería, órgano, guitarra eléctrica, todo amplificado electrónicamente. Esto provoca ruidos molestos que trascienden las paredes y ventanas y hace imposible continuar con una vida normal. Esta violencia acústica es originada casi todos los días, incluso sábados, domingos y feriados. Dichos encuentros comienzan y terminan cuando a ellos les parece, afectando mi derecho a vivir en paz. Esta agresión, totalmente innecesaria, me ha llevado a consultas médicas, pues la impotencia sufrida me causó diversos problemas de salud y en el trabajo. He agotado todas las instancias posibles para revertir esta situación: desde solicitar que bajen la música, lo que me ocasionó discusiones en varias oportunidades, hasta denunciar el hecho en diferentes reparticiones municipales. Distintos inspectores, técnicos y especialistas de la propia Municipalidad han constatado con decibelímetro los elevadísimos niveles sonoros. El lugar fue clausurado en tres oportunidades por el mismo problema... Sin embargo yo me sigo preguntando: ¿Hasta cuándo debo soportar esta agresión?¿Dónde termina la libertad de ellos y dónde comienza la mía? ¿O quizás la libertad de culto está por encima de la libertad de todo ciudadano? ¿Dónde está el respeto que nos debemos de vivir en sociedad? Soy un simple ciudadano que paga sus impuestos, que intenta vivir en una ciudad más justa, que pretende que sus hijos tengan un lugar donde se sientan protegidos y que sus derechos sean respetados. ¡No quiero sentirme más impotente ante esta situación!. Le pido a usted, con mi mayor respeto, que solucione este problema.

Miguel Angel De Vicenzo



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