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 miércoles, 22 de septiembre de 2004

Proponen tratamientos alternativos para el autismo

María Laura Favarel / La Capital

Algunos profesionales y padres sostienen que una dieta libre de gluten y caseína (contenidos en lácteos y cereales) producen cambios notables en el niño autista. A favor de esta terapia están la fundadora de la Red de Padres Autistas por la Intervención Dietaria, Karyn Seroussi, quien encabeza un movimiento mundial en tal sentido, la psiquiatra venezolana Lilia Negrón y la psiquiatra porteña Raquel Ferrazzano de Solvey. El tratamiento no encuentra eco en los especialistas locales consultados por cuanto sostienen que no existe evidencia científica acerca de los beneficios de esta dieta en niños autistas.

Karyn Seroussi, fundadora de la Red de Padres Autistas por la Intervención Dietaria (Andi) y madre de un niño que fue diagnosticado como autista, relata su experiencia de haber quitado los lácteos y el gluten de la alimentación de su hijo. "A los pocos días comencé a notar cambios sorprendentes y luego de un año mi hijo estaba curado".

Seroussi defiende el tratamiento en un número creciente de investigaciones que demuestran que ciertos alimentos parecen afectar el desarrollo cerebral y causar conductas autistas. "Esto no se debe a las alergias sino a que muchos de estos niños son incapaces de descomponer apropiadamente ciertas proteínas", explica.

Investigadores de Inglaterra, Noruega, de la Universidad de Florida encontraron péptidos (productos resultantes de la fragmentación de proteínas) con actividad opiácea en la orina de un alto porcentaje de niños autistas. Los opiáceos son drogas similares a la morfina que afectan el funcionamiento del cerebro.

Los alimentos ofensores parecen ser el gluten (la proteína del trigo, la avena, la cebada y el centeno) y la caseína (proteína de la leche).

La psiquiatra Lilia Negrón, presidenta de la Sociedad Venezolana para Niños y Adultos Autistas (Sovenia) en diálogo con La Capital confirmó que "la dieta libre de gluten y caseína mejora los síntomas del autismo". La caseína de la leche, los lácteos y el gluten del trigo, avena, cebada, centeno y sémola, no son digeridos por algunos niños porque carecen de la enzima dipeptidilpeptidasa IV (Dppiv) formándose caseomorfina y gluteomorfina. Los resultados muestran que los niños actúan como drogados, no aprenden, tienen trastornos sensoriales y perceptuales, son hiper o hiposensibles al dolor, sonidos, olores y tacto.

Ante esto la doctora Negrón propone "eliminar los alimentos que les hacen daño y que tal vez sean los que ellos más consumen".

Se afirma que los autistas no absorben los nutrientes de los alimentos porque poseen un intestino permeable y por eso necesitan sobredosis de vitaminas del complejo B, B6, C, E, magnesio, zinc, selenio, taurina, aceite Omega 3 y calcio, entre otros. Con frecuencia presentan problemas digestivos e infecciones intestinales por bacterias, parásitos y levaduras. Mejorar el intestino permeable evita la producción de toxinas que dañan el sistema nervioso.


Potencialmente curable
"La dieta y las vitaminas es lo primero, luego viene todo lo demás y la atención psicoeducativa", apuntó la especialista venezolana, quien utiliza estos tratamientos desde la década del 70.

Los profesionales que adhieren a este tratamiento se agruparon bajo el protocolo D.A.N! Defeat Autism Now! (¡Ganemos al autismo ahora!), que se puede consultar en la web: www.autismresearchinstitute.org

"Muchos profesionales de la medicina no creen en esto, dicen que son anécdotas de padres, pero yo tengo casi 30 años tratando el autismo y puedo asegurar que los mejores avances los he visto con estos tratamientos. Hoy podemos decir que el autismo es tratable y que es un trastorno fisiológico inadecuadamente explorado y potencialmente curable" reafirmó Negrón.

La doctora María del Rosario Aldao, jefa del servicio de Neurología Infantil del Hospital Víctor J. Vilela, negó a La Capital que "existan factores dietarios que influyan en el autismo ni en los trastornos por déficit de atención con hiperactividad".

Asintió asimismo sobre la posibilidad de que "algunas causas de origen metabólico precipiten un cuadro de autismo, como cuando falta la fenilcetonuria aumenta la fibralanina".

La neuróloga reconoció en cambio que sí existen evidencias de que la dieta tiene alguna incidencia en la epilepsia. "En ocasiones, consumir una dieta sin hidratos de carbono y con grasas disminuye las convulsiones", dijo.

Consultada por este diario la médica psiquiatra Raquel Ferrazzano de Solvey, de Buenos Aires, explicó que en el tratamiento del autismo, existen aspectos menos conocidos, pero no por ello menos eficaces, que se refieren a la nutrición, suplementación y desintoxicación. "Los cambios más notables se producen al empezar a administrar al niño una dieta libre en un 100% de gluten y caseína, (contenidos en los lácteos y cereales)". Contrariamente a la opinión de los médicos locales, la psiquiatra señaló que a través de este tratamiento "se ven notables mejorías en el lenguaje, la conducta y la socialización".


Mejora del sistema inmunitario
"A los niños autistas generalmente les gustan pocas cosas y los padres no deben asustarse por la eliminación de algunos alimentos, porque al contrario de lo esperado, en poco tiempo el niño comienza a ampliar su espectro de consumo", agregó la especialista.

Además de abordar la dieta, se debe tratar también la proliferación de hongos en el intestino, otra consecuencia del funcionamiento anormal del sistema inmune. "El objetivo, además de nutrir el cuerpo y el cerebro del niño, es ayudar a mejorar el sistema inmunitario, uno de los más castigados, para luego entrar en la etapa de desintoxicación de los metales pesados, especialmente el mercurio, que se encuentra en las vacunas como preservante", concluyó la psiquiatra.

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La dieta libre de gluten y caseína produciría mejorías en el lenguaje y la conducta.

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