Kirchner se plantó contra el FMI y lo acusó de generar pobreza

Ante la Asamblea de las Naciones Unidas, dijo que sus "recomendaciones políticas son inadecuadas"

El presidente Néstor Kirchner acusó a los organismos de crédito internacional y al FMI de cometer "errores de pronóstico y recomendaciones de políticas inadecuadas" y les reclamó "reformas estructurales" porque sin ellas -dijo- los países verán "crecer la cantidad de pobres".

"Nos hacemos cargo de la adopción de políticas ajenas que nos llevaron al peor de los mundos. Pero no basta con la simple aceptación por parte de los organismos de sus errores al aconsejarlas, exigirlas y apoyarlas. Se hace necesario un urgente, fuerte y estructural rediseño del FMI para que pueda prevenir crisis y ayudar a su solución, cambiando el rumbo que lo llevo de prestamista de fomento a acreedor con demanda de privilegios", remarcó Kirchner.

El presidente eligió el plenario de mandatarios de la ONU para volver a atacar a los organismos de crédito y exigir un cambio en el tratamiento de la deuda, algo que ya había lanzado el año pasado cuando sentenció que "nadie le cobra la deuda a los muertos".

En la misma línea, el jefe del Estado advirtió que si no se hacen los cambios, el FMI "sólo contará con capacidad para reclamar teóricas reformas estructurales sobre cuyos resultados nadie garantiza nada, para seguir luego su sucesión de constantes autocríticas".

"Mientras tanto, en nuestros países se incrementará la desigualdad a causa de la aplicación de esas reformas y se derramarán lágrimas y pobreza para los millones de excluidos que esas reformas crean", subrayó el presidente, quien se presentó vestido de riguroso traje y corbata oscuros y camisa blanca.

Kirchner reiteró sus cuestionamientos a las recetas de los 90 por los "excesos financieros a escala global que dieron lugar a la expansión de deudas sobredimensionadas en muchos países" y reclamó que el elenco internacional incorpore el concepto de que "el crecimiento económico es la variable central y decisiva en lo que hace a la capacidad de pago y la sustentabilidad de las deudas".

En sus cuestionamientos a los organismos, reseñó que en las últimas crisis internacionales "exhibieron una serie de fallas" y que las soluciones propuestas "generaron un efecto contagio en otros países, lo que magnificó internacionalmente el crecimiento del hambre y la pobreza".

También consideró que el caso de Argentina era "paradigmático", porque "después de aplicar durante los 90 las recetas aconsejadas, el país sufrió una crisis financiera todavía no totalmente resuelta" y advirtió que en el 2000 el FMI "incurrió en una severa equivocación en el diagnóstico, lo que lo llevó a cometer importantes errores de pronóstico y recomendaciones de políticas inadecuadas".

Mientras, en los asientos reservados a la delegación argentina escuchaban el canciller Rafael Bielsa; el embajador en EEUU, José Bordón; el cónsul en Nueva York, Héctor Timerman; el representante ante la ONU, César Mayoral; el secretario Legal y Técnico, Carlos Zanini, y los legisladores Miguel Pichetto, José Díaz Bancalari, Jorge Yoma, Horacio Pernasetti y Mario Losada.

Lejos de frenar sus críticas, Kirchner arremetió con la necesidad de "establecer una relación diferente con el FMI, priorizando una solución consistente con la capacidad de pago y sostenible en el mediano y lago plazos que preserve los principios de equidad, justicia social y lucha contra la pobreza y el hambre".

Además, el presidente expuso otra vez la propuesta argentina de que las inversiones en obras públicas no se computen como gasto fiscal a través de una "reformulación de los métodos de contabilidad".

"Los superávit fiscales sostenibles son requisito para estabilizar las economías y respetar las obligaciones con la comunidad financiera internacional, pero debe entenderse que no cualquier superávit es defendible", remarcó el mandatario.

Alertó que cuando los superávit se logran merced a "la eliminación de inversiones en infraestructura física o social se afecta de tal modo la posibilidad de sustento político y el crecimiento que termina por hacerse de algo virtuoso un instrumento de desequilibrio negativo para el país y negativo para el funcionamiento global de la economía".

Kirchner evaluó además que del "drama" de las naciones endeudadas puede concluirse que "las recetas únicas, con pretensión de ser universales y aplicables bajo cualquier circunstancia, tiempo y lugar, resultan ser sólo aproximaciones ideológicas a cuestiones concretas que solamente pueden resolverse con realismo, flexibilidad y actitudes proactivas".

Como si no hubiera sido suficiente, Kirchner terminó su discurso -de 18 minutos, 3 más de lo estipulado- con el único concepto no incluido en el texto que se entregó a la prensa: "Hay que tener fortaleza y coraje para promover las reformas a las normas inequitativas como las que aplican los organismos de crédito, que terminan en problemas durísimos para la lucha contra la pobreza".

En otro orden, el santacruceño dijo que el Reino Unido debe "dar pronto cumplimiento al llamado de la comunidad internacional a reanudar las negociaciones" por las islas Malvinas. Kirchner reseñó que el organismo estableció a través de varias resoluciones y del Comité de Descolonización que la cuestión Malvinas constituye "una situación colonial especial que debe ser resuelta mediante negociaciones bilaterales".

Resaltó que Argentina "valora la acción" del comité en la búsqueda de una solución y ratificó la "permanente disposición del país en busca de una salida justa, pacífica y duradera a esta disputa de soberanía que constituye una cuestión de mayor trascendencia para el pueblo argentino".

En el mismo sentido, instó al Reino Unido a "dar pronto cumplimiento al llamado de la comunidad internacional a reanudar esas negociaciones".

Kirchner insiste con su idea de rediseñar el Fondo.