| miércoles, 22 de septiembre de 2004 | Gente gaucha, gente con corazón Hace unos días mi papá, el doctor Eugenio Helman, participante habitual de esta sección y profesor de medio Rosario, ya sea en escuelas secundarias o en la UNR, perdió su agenda en un taxi. La cantidad de información que había, imprescindible para él, en ese bodoque de papeles, hizo que llamáramos a las radios, volver a la parada... sin saber que el taxista ya había leído la dirección, había ido a su casa, y le había dejado la agenda a la portera del edificio. Señor, no sabemos su nombre, sólo quiero darle las gracias. Gente así, actitudes así, entibian el corazón.
Sonia Helman
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