| domingo, 19 de septiembre de 2004 | Cómo no creer en Dios Para muchas familias argentinas el 2002 fue de mucha angustia. Para la nuestra también, pero algo la colmaba de alegria y felicidad porque un nuevo integrante llegaría en el mes de diciembre. El sabía con cuánto amor lo esperábamos, tanto que para no hacernos esperar, se adelantó, y con 26 semanas de gestación, 1,200 kilogramos de peso y un llanto vigoroso dijo: familia, aquí estoy. Si grande fue nuestra angustia por todos los riesgos atravesados, más grande, mucho más grande fue y es nuestra fe, nuestra fe en la vida y por sobre todo nuestra fe en Dios. En contínua oración con el padre Fernando Lardizabal, grupos de la parroquia Nuestra Señora de la Consolata, amigos y vecinos, pedimos al Altísimo que lo proteja, que guíe el accionar del equipo de neonatología del Hospital Español, las manos de los doctores Filosa y Losada, que un domingo frío y lluvioso realizaron una delicada cirugía en sus ojitos en el Hospital Víctor J. Vilela. Con el inquebrantable amor que sólo El puede brindar, nos escuchó. Mañana Juan Martín, que es de quien estamos hablando, cumplirá dos años y podemos asegurar que es la felicidad de los grandes y la "tortura" de su hermano Ignacio y de sus primos Valle, Guada y Gonzy. Recordemos las santas palabras leídas en la Biblia: "Pidan y se les dará, pero pidan con fe", gracias Dios.
DNI 5.988.285
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