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 miércoles, 25 de agosto de 2004

La localidad ubicada al norte del Cordón Industrial se convierte en la nueva meca del complejo oleaginoso
Dreyfus invierte u$s 65 millones para procesar y embarcar soja en Timbúes
Serán vecinos de la china Noble. Con 24 mil toneladas diarias, pasarán a la punta del ranking de procesamiento

La compañía Louis Dreyfus anunció que invertirá 65 millones de dólares en Timbúes para construir un puerto cerealero y una planta de procesamiento de soja. El gerente general de la compañía en Argentina, Ciro Echesortu, presentó ayer el proyecto al gobernador Jorge Obeid, durante una reunión que mantuvieron en la sede rosarina de la Gobernación.

Según el comunicado oficial de la empresa, la planta de molienda a construir tendrá una capacidad de 8 mil toneladas diarias y el puerto sobre el río Coronda podrá elevar 2,5 millones de toneladas al año. Son los planes iniciales. Fuentes de la compañía no descartan en el mediano plazo un crushing diario de más de 10 mil toneladas y un muelle con capacidad de operación de 4 millones de toneladas anuales.

La construcción del complejo ocupará a unas mil personas y su operación otros 150 trabajadores. Se levantará sobre 50 hectáreas que la empresa posee desde hace un buen tiempo sobre el kilómetro 470, lindero y al norte de las 150 hectáreas que adquirió el grupo de origen chino Noble para construir un puerto y, posteriormente, una planta aceitera.

Según precisó la compañía la planta estaría operativa a mediados de 2005 y su construcción demandaría nueve meses de trabajo.


El boom Timbúes
Con estas dos radicaciones se consolida la expansión del complejo oleaginoso hacia la zona de Timbúes, en el norte. Una zona privilegiada con 15 kilómetros de costa sobre el río Coronda, que tiene una profundidad natural de hasta 40 pies, y donde la especulación inmobiliaria llevó la hectárea de terrenos a precios cercanos a los 15 mil dólares por hectárea.

Sin embargo, la nueva meca de las inversiones agroindustriales está todavía virgen en materia de infraestructura, con lo cual un punto clave del temario entre los directivos de Dreyfus y el gobernador Jorge Obeid fue la necesidad de acordar un plan de obras relacionadas con el tendido de líneas de distribución energética (el gas será provisto por TGN) y la construcción de accesos, que según distintos expertos deberían diseñarse para una futura conexión directa con el llamado tercer anillo circunvalar.

Precisamente, el ministro de Producción, Roberto Ceretto, quien mañana se reunirá con los directivos del grupo Noble, y el titular de la EPE, Luis El Halli Obeid, volverán a encontrarse la semana próxima con las autoridades de Dreyfus para "articular los trabajos en la zona".

Uno de los temas a solucionar es la situación de la hidrovía. Es que el dragado y acondicionamiento de la vía navegable a 32 pies que realiza la concesionaria Hidrovía SA llega hasta el kilómetro 456 del río Paraná. Los nuevos emprendimientos están fuera de esa zona y, si bien existe una buena profundidad, se requeriría de un acuerdo entre el gobierno e Hidrovía para realizar los trabajos de señalización.


Pelea la punta
"Louis Dreyfus está comprometida con el país desde hace más de 103 años, y esta inversión lo confirma", señaló Echesortu luego del encuentro con Obeid. Sonó a revancha luego de que durante buena parte del año pasado arreciaran rumores de venta sobre la compañía y de que trascendiera, incluso, la versión sobre una malograda inversión conjunta con Vicentín.

Dreyfus, fundada en París en 1851, sigue siendo una empresa familiar que no sólo maneja una buena parte del trading mundial de granos sino que tiene participación en el negocio petrolero, energético, naviero, forestal y de telecomunicaciones. En Argentina está desde 1897 y hoy es el segundo exportador de productos agrícolas del país. En los rubros maderero y petroquímico, el grupo controla también las firmas Faplax y Resinfor Metanol.

En el otro extremo de donde empieza a emplazar su nueva terminal, en la sureña General Lagos, Dreyfus opera una planta de molienda de soja con capacidad de 12 mil toneladas diarias, una de las más grandes del mundo. Precisamente, para mayo o junio de 2005, la llevará a 16 mil toneladas. Si se cumplen los plazos previstos para Timbúes, para el año próximo estarían redondeando una capacidad de crushing de 24 mil toneladas, lo cual le dará la punta en el ranking de procesamiento de las grandes del sector, seguido de cerca por Molinos y Bunge.

En 2006 será otra historia ya que, si se cumplen los anuncios, Cargill completará la segunda etapa de las obras en Villa Gobernador Gálvez y, hacia fin de año, Bunge podría contar con la planta de Ramallo (ver ranking).

Desde que en septiembre de 2003 el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), Raúl Padilla, pronosticara en declaraciones a La Capital que se avecinaba una nueva ola de inversiones en complejo oleaginoso, la mayoría de las firmas del sector comunicaron proyectos de ampliación que suman más de 500 millones de dólares. La mayoría de ellos, en Santa Fe.

Así, Molinos anunció un desembolso de 80 millones de dólares en San Lorenzo y Cargill la construcción de una nueva planta en Villa Gobernador Gálvez, la ampliación de sus instalaciones en Puerto San Martín y la absorción del puerto de Productos Sudamericanos. Le siguieron Vicentín y AFA. En tanto, Bunge y Aceitera General Deheza (que además amplió las capacidades de Córdoba y Chabás) presentaron una inversión para una nueva molienda en Terminal 6 (Puerto San Martín). En el caso de Bunge, también inauguró el polo de Ramallo con la construcción de un complejo portuario en esa ciudad bonaerense.


¿Habrá soja?
Alimentadas por la perspectiva de una producción sojera de 50 millones de toneladas hacia el 2010, las industrias aceiteras se lanzaron a una nueva ola de inversiones (la tercera desde que comenzó el negocio sojero en los años 80) que llevarán en dos años la capacidad de crushing diaria en todo el país de 90 mil toneladas diarias a más de 130 mil.

Tamaño despliegue despertó la incógnita sobre cómo se alimentarán semejantes monstruos. Los industriales apuntan al incremento de los rindes y a la hidrovía Paraná-Paraguay. Roberto Urquía, de AGD lo dijo el lunes en la cena de Idea en Rosario: "Habrá que sudar la gota gorda para trabajar medianamente bien hasta que se logren niveles de producción que satisfagan este aumento de la capacidad".

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