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 domingo, 06 de junio de 2004

Gaudio: El que no creía en sí mismo

Pocas veces un hombre concentró tanto talento y tan poca confianza en sus posibilidades. Gastón Gaudio llega a la final de Roland Garros tras derrotar a varios fantasmas, aunque él nunca descarta que reaparezcan.

"Nunca sé lo que puede pasar con mi juego al día siguiente", comentaba tras alguna buena victoria. "¿Estás bromeando?", decía si alguien le sugería ganar Roland Garros. Gaudio sabe ya que no es broma, que hoy tiene la oportunidad de su vida, conquistar a los 25 años el torneo que siempre soñó ganar. "Tengo grabado el partido de 1989 entre Iván Lendl y Michael Chang. Me acuerdo de que lo ví y dije: «Quiero estar ahí, quiero ganar ese torneo»".

Gaudio desarrolló su tenis convencido de que era de segunda línea, el dueño de un revés y un toque deliciosos, pero de una fuerza anímica endeble. Así fue que pasó de ser con 16 años sparring de Gabriela Sabatini a luchar, con altos y bajos, en el duro circuito masculino donde su mejor momento había sido en abril de 2002, con los títulos de Barcelona y Mallorca.

Además, mostraba un invicto en la Copa Davis que lo situaba como héroe argentino. Pero llegó la semifinal en septiembre de 2003 ante España, fue borrado por Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyá y su confianza se derrumbó, con duras críticas incluidas, como la del presidente de la Asociación Argentina, Enrique Morea.

Entró en un cono de sombras de 6 meses y Pablo Pécora, su psicólogo -también el de Nalbandian y Calleri-, tuvo que trabajar duro. Y llegó otra vez Barcelona. Gaudio no ganó, pero alcanzó la final y volvió a confiar. "Este año quiero llegar a la segunda semana en Roland Garros".

Y cumplió de sobra. Sus lágrimas de alegría tras batir a Nalbandian dieron la vuelta al mundo, y ni él mismo sabe cómo reaccionará si conquista Roland Garros, el torneo que le permitió creer que puede ser un galáctico, y no uno del montón. (DPA)

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