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 sábado, 20 de marzo de 2004

El cineasta apostó al cine de riesgo en Mar del Plata
Fernando Spiner: "No teníamos nada de dinero y entonces nos lanzamos al vacío"
El realizador dijo que hizo un filme bizarro, en el que reflejó de alguna manera la idiosincrasia argentina

Pedro Squillaci / La Capital

Mar del Plata, enviado especial.- Fernando Spiner es un apasionado del riesgo. Es un cineasta que rechaza todo lo que tenga que ver con el cine convencional y apuesta a más, aunque tenga que soportar algunas críticas que no le gusten demasiado. "Con esta película nos lanzamos al vacío", dijo a La Capital en un diálogo extenso y distendido sobre "Adiós querida Luna", una de las dos películas argentinas (la otra es "Buena vida delivery") que compite por el Astor de oro. El lanzamiento al vacío al que se refiere Spiner es una metáfora de su película en la que tres astronautas argentinos viajan hacia la Luna en 2068 con el objetivo de destruirla. "Es un filme bizarro, clase B, pero arriesgar es lo divertido", dijo el realizador de "La sonámbula".

-¿Cuál fue el espíritu de "Adiós querida Luna", qué le quisiste mostrar a la gente?

-En principio, esta historia de unos argentinos pedorros que van a la Luna con una misión trasnochada. Eso es muy argentino, el sueño de una Argentina potencia, de una Argentina atómica, siempre sobrevoló en la época de Perón y hasta el innombrable (Menem) también quería salir a la estratósfera. Para empezar, decir que es una película de astronautas ya genera una sonrisa. Son personajes atrapados en un lugar, y es una comedia negra ácida y una tragedia patética bien argentina al mismo tiempo. Me gustaba esta historia en donde las pasiones de los personajes se desatan, los envuelve la locura, y salen los vicios argentinos, sin la ternura tipo Minguito Tinguitella, sino con toda la porquería que somos y con lo peor de cada uno de ellos.

-No temiste en caer en un género bizarro al ambientarte en 2068?

-La película es bizarra, como es bizarra "Marte ataca", pero lo bizarro no tiene por qué forzosamente delatar la construcción. Y también es clase B, pero desde el concepto de esos cineastas de los 50 que con poco presupuesto y muchas ideas resolvían un filme. Los personajes dan pena y risa, y están en órbita, y arreglan la nave con alambre. Entonces, yo estoy en ese punto de equilibrio entre una verdad y algo bizarro.

-Lo de clase B suele sonar despectivo para cierto público, pero vos lo decís orgulloso...

-Pero claro, Jack Turner hacía cine clase B con "La marca de la pantera" y era una genialidad. A mí me seduce probar algo nuevo, buscar algo original y divertido.

-¿Por qué trabajaste solamente con cuatro actores, y qué te llevó a elegir a Alejandra Flechner, Gabriel Goity, Alejandro Urdapilleta y Horacio Fontova?

-En principio, son actores que admiro, segundo que son actores con tono parecido, son exponentes del teatro underground de los 80, con diferencia del Negro Fontova que era un hippie de los 70. Quise hacer una experiencia de trabajo colectivo en la adaptación cinematográfica y puesta en escena.

-¿El período de producción también fue difícil, a tono con el cine argentino?

-Y la verdad es que nos lanzamos al vacío. No teníamos nada de dinero, también por eso es una película clase B. Cavallo ahuyentó a mis inversores en el 2001 y mi plata se la comió el corralito, el país naufragaba. Así fue que les propuse a todo el equipo que nos lancemos a la mar sin gasolina, y que cada uno aportara la gasolina con su trabajo.

-¿Cómo viste la reacción del público cuando se presentó la película en el festival?

-Estoy muy impresionado por la respuesta de la gente. En las proyecciones que siguieron al estreno el público era de un promedio de 20 años de edad en la sala y gente grande que también se interesó por la peli. Y había oleadas de risas cómplices todo el tiempo.

-¿Cuál es el momento de mayor satisfacción de un director?

-Indudablemente el momento de más disfrute que tengo es cuando la gente se ríe, cuando siento esa risa cómplice.

-Pero por otra parte hay críticas durísimas hacia "Adiós querida Luna".

-Algunas críticas delatan una irritación, por lo cual estoy empezando a creer que hace disfrutar a los amigos e irrita a algunos que no coinciden con este tipo de propuestas.

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El realizador eligió rodar una historia de ciencia ficción en clave bizarra.

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