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 miércoles, 24 de diciembre de 2003

La pirotecnia, un negocio que causa muchas muertes

A la medianoche del 24 y 31 de diciembre, las explosiones no dejan silencios y los cielos latinoamericanos se encienden de colores para celebrar las fiestas de fin de año. Detrás de estos festejos de fuegos artificiales se esconde un negocio de millones de dólares que causa decenas de muertes. A pesar de las prevenciones, las autoridades no logran evitar los accidentes por la explosión de artefactos pirotécnicos, que causaron en los últimos días -inclusive antes del festejo de Navidad y Fin de Año- una muerte en Argentina y otra en México.

Precisamente en México se registró hace un año -el 1º de enero de 2003- una explosión que dejó 28 personas muertas en Veracruz, aunque la tragedia más recordada ocurrió hace dos años -29 de diciembre de 2001- en un centro comercial en Perú, donde murieron 300 personas carbonizadas tras el estallido accidental de un artefacto pirotécnico.

Aunque muchos países albergan fábricas de fuegos artificiales, la mayoría de los productos que se comercializan en la región provienen de Asia, sobre todo de China, y sus vendedores locales -tanto legales como clandestinos- facturan millones de dólares durante las fiestas.

En Argentina, las ventas cayeron dramáticamente el año pasado, cuando el país atravesó la peor crisis económica de su historia, pero los comerciantes predicen una recuperación para estas fiestas. "Creemos que la venta de pirotecnia aumentará entre un 10 y un 15% en comparación con el año pasado", dijo Mario Ruschin, de la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales, y aludió "al mejor estado de ánimo de los consumidores" además de que los comerciantes decidieron reducir el margen de ganancia.

Cuando en la mayoría de los países desarrollados existen cada vez mayores restricciones para el comercio y uso de fuegos artificiales, en América latina esta práctica sigue muy arraigada en las fiestas de fin de año. Según el director del Hospital del Quemado de Buenos Aires, Nelson Caffaratti, es necesario que la población cambie sus hábitos: "Para expresar la alegría no es necesario provocar destellos luminosos". (AFP)

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