Kabul. - Los talibanes decretaron el alerta roja en Afganistán y se preparan para una represalia estadounidense, mientras crece el misterio sobre el paradero de Osama Bin Laden y sólo hay imprecisas noticias sobre el mulá Mohammad Omar, líder de los fundamentalistas.
En el norte del país, entretanto, los enfrentamientos contra las fuerzas de la oposición se hacen más duros y decenas de miles de voluntarios construyen bunkers y excavan trincheras y refugios subterráneos para los civiles.Los talibanes decretaron el reclutamiento de los combatientes en todas las tribus, con el encargo de defender sus aldeas y valles en una movilización que podría involucrar a 100 mil hombres.
Las defensas antiaéreas fueron activadas con los temibles Stinger, los misiles que los norteamericanos, en los años ochenta, habían proporcionado a los mujaidines que luchaban entonces contra las fuerzas de ocupación soviéticas.
Fue con un misil que, el sábado, resultó abatido un avión espía norteamericano que realizaba una misión sobre Afganistán. Ayer el Pentágono admitió la pérdida del aparato.
Otro avión derribado
Los talibanes aseguraron ayer haber derribado un segundo avión hostil, a unos kilómetros de Aibak, en el norte del país. La noticia no recibió confirmación neutral.
A unos cincuenta kilómetros de Kabul se armó un "anillo" de trincheras, baterías misilísticas y bunkers, la vigilancia fue intensificada en Jalalabad, cerca de la frontera con Pakistán, y en Kandahar, capital espiritual del régimen integrista. Después de haber derribado el avión espía, del que ayer Estados Unidos admitió la pérdida, en Kabul hay confianza aunque la Alianza del Norte desencadenó la ofensiva reivindicando la conquista de algunos centros.Los talibanes ordenaron a cada familia poner a disposición a por lo menos una persona para la defensa del propio país pero, en las ciudades, decenas de personas han tomado al camino del éxodo. (Ansa)