 | Hoy comienza uno de los procesos judiciales más trascendentes que se hayan producido, históricamente, en la Argentina. Habría que remontarse al juicio a las juntas militares de la dictadura, o aludir al caso Cabezas, para buscar equivalencias o medir los potenciales grados de repercusión que pueda alcanzar en la sociedad. A las 9.53 exactas del lunes 18 de julio de 1994 una poderosa carga de trescientas toneladas de explosivo -más precisamente, amonal- explotó frente a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), situada en el barrio porteño de Once, borrando literalmente el edificio de la faz de la tierra, y provocando la muerte de 85 personas y heridas a otras 177. Fue el atentado más grave que haya sucedido nunca en el país. Y las respuestas a quiénes fueron los culpables incluyen, hasta la fecha, una intolerable dosis de enigma... |
 | Rosario es un enigma que aún no se ha descifrado. No es un lugar de deseo. ¿Quién sueña con vivir en Rosario? Nadie. Se sueña con París, con Londres, con New York o Madrid; hasta con Buenos Aires. ¿Pero con Rosario? No. Con Rosario, no... |