 |  | cartas Redondo versus cuadrado
 | Con asombro y verdadero estupor leí en La Capital del pasado 18 de septiembre la noticia referida a la publicidad que hizo circular el Colegio Alemán de Rosario, en la que por medio de un gráfico oprobioso daba a entender que sólo los educandos de esa escuela tenían la cabeza redonda en contraposición a otros de cabezas cuadradas. Los docentes de lengua italiana trabajamos diariamente con niños y adolescentes de escuelas públicas y privadas y por ese sector que nos toca de la enseñanza, podemos dar plena fe y garantizar que en otros ámbitos también existen alumnos realmente brillantes y de todo tipo, como en todos lados, pero esa diferencia entre "cuadrados y redondos" que se trata de hacer ver es mentirosa, maliciosa, discriminatoria y racista. Resulta increíble que en un instituto dedicado a la formación de jóvenes, de ciudadanos que debemos preparar para la paz, el progreso y la superación de los males históricos de la humanidad, se elabore un material referido a la educación en términos de diferencia y de superioridad. Es increíble, pero cierto, que se elabore un material referido a la educación en términos de diferencia y de superioridad. Es increíble, pero cierto, existe y la mejor forma de erradicar el flagelo de la discriminación es tomar al toro por las astas y separar de los cargos educativos a los responsables de hechos como este, que insultan a la humanidad. No sólo como educadores, sino como miembros activos de una sociedad, repudiamos el hecho concreto de creer, pensar, proponer o sugerir que existen alumnos que puedan ser tipificados de un modo tan burdo. Quienes piensan de ese modo, quienes proponen tales divisiones no son dignos de ver la cabeza de nadie ya que la propia sólo guarda vacío, más allá de la externa redondez que suelen mostrar. Profesor Carlos Italiano, presidente de la Asociación Docentes de Italiano de Rosario
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