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 sábado, 27 de octubre de 2007  
La burbuja de los precios de las materias primas

Salvador Di Stéfano

En la semana el dólar se siguió devaluando frente al euro y las materias primas alcanzaron nuevos récord en el mundo, tomando como productos insignia el petróleo que alcanzó los 92 dólares y el oro que llegó a 779 dólares la onza. Mientras, los inversores huyeron a los bonos soberanos de Estados Unidos como refugio y la tasa de retorno se ubicó en el 4,3% anual, la bolsa americana con alta volatilidad por la llegada de balances. El mundo emergente, en su mayoría, alcanza nuevos máximos. En la Argentina la bolsa tuvo subas muy puntuales esperando el resultado de las elecciones, pero con un sesgo alcista para los dos últimos meses del año.

   En el exterior la suba en el precio de los activos no se detiene, en muchos casos más por falta de alternativas de inversión que por el libre juego de la oferta y la demanda. Esta corriente especulativa sobre los productos puede llevar, sin prisa pero sin pausa, a un escenario de burbuja en donde se pierde referencia real de los precios y comienzan a aparecer distorsiones manifiestas.

   Se sabe cuando comienzan las burbujas, hay experiencia en diagnosticarlas y analizarlas, sin embargo nadie sabe cuando se detiene.

   Hoy el petróleo está a 92 dólares el barril, esto traerá consigo más oferta que aplacará el valor actual. Sin embargo, es muy probable que llegue a valer 100 o 120 dólares.

   El mercado está devaluando excesivamente a la moneda americana, y que esto trae como correlato una suba desmedida de los productos primarios. Es muy difícil que esta situación pueda prolongarse en el tiempo. Entre 1990 y 1995 el dólar atravesó un período de fuerte devaluación a escala mundial. La imagen que quedó grabada fue la fuerte reevaluación del yen que llegó a cotizar 80 dólares. Después de ello vinieron años de apreciación de la moneda americana y de fuertes ajustes económicos en el mundo emergente.

   

Experiencias. Para citar el caso de Argentina entre 1991 y 1994, el país mostró entre sus indicadores años de fuerte crecimiento económico, más importantes aún que el crecimiento observado en el último tiempo, dado que en la década del 90 el incremento o mejora de la productividad fue mucho más significativo que en los años que corren actualmente.

   Desde 1995 en adelante el efecto tequila marcó un quiebre en la tendencia alcista del mundo emergente, pero no debe soslayarse la permanente apreciación de la moneda americana desde 1995 hasta 2002, que actuó negativamente para el mundo emergente.

   Daría la impresión que Argentina muestra fuertes tasas de crecimiento en los años en que la moneda estadounidense se devalúa a escala internacional. Fundamentalmente porque de esta forma suben bruscamente los precios de los productos primarios. En cambio, cuando el dólar se revalúa y los precios de los productos primarios disminuyen, Argentina se ve perjudicada. Comienza a tener déficit fiscal, el peso de la deuda sobre el presupuesto crece y esto deriva en las conocidas crisis en las que recurrentemente cae nuestro país.

   En conclusión, en la actual coyuntura el mundo vive una burbuja de precios de las materias primas que favorece en particular al país. En la medida que estos precios sigan a la suba se produce un efecto riqueza tanto en el sector público como privado, ya que el gobierno es socio de los que exportan materias primas al colocar fuertes retenciones. Mientras no se revalúe el dólar y los precios de los productos que se exportan no caigan, no hay riesgo de devaluación, suba de tasas, caída de bonos y acciones.

   En la actual coyuntura sigue siendo recomendable comprar bonos en pesos ajustados por inflación. Mientras tanto comprar algo de Pampa Holding y Transener que son empresas ligadas al sector energético y algún aumento de tarifas las puede hacer reinas a ambas compañías. Pero nada es para siempre, por ende invertir, pero con cautela. l
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