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 domingo, 07 de octubre de 2007  
El cazador oculto: "Ya no se puede confiar en las chicas"

Ricardo Luque / Escenario

Ya no se puede confiar en nadie. Ni siquiera en los personajes de ficción. ¡Miren lo que hizo Carrie Bradshaw! Sí, la autora de la columna sobre sexo del New York Star. Sí, el alter ego de Sarah Jessica Parker en la serie “Sex and the City”. ¿Se acuerdan? ¿Cómo olvidarla? Alta, rubia y con los mejores zapatos que se pueden comprar en la Quinta Avenida. Son suyas algunas de las mejores definiciones sobre el amor de los últimos años. Fue ella quien, al terminar un largo romance, dijo: “Después de todo, las computadoras se rompen, la gente se muere y las relaciones se terminan. Lo mejor que podemos hacer es respirar y reiniciar”. Una mujer de principios. Más cuando se trata de elegir a un hombre para ir a la cama: “El es como un vestido de Dona Karan, sabés que no es tu estilo, pero está ahí y lo probás”. Nadie mejor que ella, la reina de “las chicas”, para explicarle al mundo como ven las mujeres al sexo opuesto. “Los hombres en sus cuarentas son como los crucigramas del New York Times: tramposos, complicados, y nunca sabés realmente si tenés la respuesta correcta”. Aplausos, picos de rating, premios. Qué más se podía pedir, qué más se podía esperar. Para el combo completo de Hollywood, una película. ¡Bingo! Desde hace una semana, volvió el glamour a la Gran Manzana. Volvieron Carrie Bradshaw, sus sandalias Manolo Blahnik, sus carteras Lauren Merkin y también, claro, sus comentarios filosos: “Me gusta tener mi dinero donde lo pueda ver, colgando de mi armario”. Está filmando una película, esa que aseguró que jamás haría. Y lo peor, una película en la que se casa. En la catedral de San Patricio, con un vestido Vivienne Westwood, pero se casa. ¿Traición? Puede ser. Aunque, quizás, se cumplió su profecía. “La relación mas excitante, fascinante e importante de todas es la que uno tiene consigo mismo. Si uno logra encontrar a alguien que ame a esa misma persona, ha conseguido algo maravilloso”. Ojalá sea así. Ojalá no sea otra maldita estrategia de marketing.
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