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 domingo, 07 de octubre de 2007  
Reflexiones sobre el suceso de “Mujeres de nadie”
Susú Pecoraro: “No me gusta estancarme mucho tiempo en lo mismo, ni aunque sea un éxito”
La actriz dijo que el rating de la telenovela no tiene incidencia sobre su trabajo

Rodolfo Bella / Escenario

Susú Pecoraro tiene las cosas claras. Así como en su momento rechazó trabajar en Hollywood, también abandó la obra teatral “La duda” en pleno éxito para sumarse al elenco de “Mujeres de nadie”, la tira en la cual interpreta a Ana, una enfermera con un matrimonio infeliz. Pecoraro, con Ana en stand by mientras la actriz participó como miembro del jurado en el festival de cine de San Sebastián, contó a Escenario que los cambios en su carrera son algo habitual porque siempre intentó hacer lo que tuvo ganas: “Esto que puede sonar soberbio, tiene que ver con mi naturaleza de seguirme a mi misma y no modificarme tanto por lo que pasa afuera”, explicó.

—¿Desde dónde encaraste el personaje de Ana?

—Me gusta hacerlo porque tiene bastantes cosas para actuar que son interesantes. Es una situación con la que mucha gente se puede identificar y yo estoy tratando de hacerla desde el lugar de una persona que por ser enfermera tiene una tendencia de poner su mirada en los demás más que en ella. Eso me protege a mi como actriz no caer en una cosa más sicoanalizada de “me tengo que salvar yo y ver lo que me pasa a mi”. Este personaje lo estoy trabajando con la misma intensidad, pasión y entrega que cuando estoy haciendo teatro.

—La novela toda el tema de la violencia física o sicológica. ¿Se pueden proponer ideas sobre ese tema desde la ficción?

—Yo no tengo la posibilidad de proponer soluciones o de tirar puntas. El personaje no es una heroína que hace las cosas bien. Es una persona que tiene problemas y no dejan de ser personajes de una novela. No es lo mismo el tratamiento autoral de los personajes de una novela que esta misma situación en una película, en el teatro o un unitario. A veces tiene que ver con el enganche del público.

—¿Te preocupa sostener el buen rating que tiene el envío?

—Es un tema muy delicado hablar de eso porque si vos decís que no te preocupa parecería que uno no tiene interés por lo que está haciendo. Si decís que te preocupa parece que uno está todo el tiempo atrás de un número. A mi no me preocupó nunca, pero no porque fui una desinteresada, sino porque mi trabajo no me exige estar pendiente del rating. ¿Cómo no me va a poner contenta que funcione?. Lo que pasa es que no tengo ni idea cuándo es mucho o cuándo es poco. La mayoría de los actores somos como bichos de otra cosa, estamos preocupados y ocupados en hacer bien la escena, en tener un estímulo que haga que la cosa esté viva.

—No hacías televisión desde “Ambiciones”. ¿Decidiste tomar distancia?

—Estaba haciendo otras cosas. Lo que pasa es yo estoy todo el tiempo cambiando. No pienso si hago televisión o hago teatro. Es como si ahora me dijeran si quiero hacer teatro. ¿Cómo voy a hacer teatro si estoy viviendo en la televisión?. Cuando estoy haciendo cine no podés hacer televisión y cuando estás estás haciendo teatro, yo por lo menos, no puedo hacer ninguna otra cosa.

—¿Qué riesgos implica el cambio?

—Es que me gusta mucho cambiar y voy más o menos por donde van mis deseos y mis instintos. Por ahí me meto en un proyecto de televisión porque me gustó algo, y capaz que después salgo de ahí y descanso de la televisión. En este momento estoy haciendo televisión y estoy entregada acá, pero me aparecen un montón de proyectos que tengo que rechazar. No es el medio, sino yo cómo lo atravieso.

—¿Te considerás actriz de televisión?

—A mi me gusta hacer televisión. Creo que es un lugar por el cual hay que pasar y hacer otras cosas. Pero con el teatro me pasa lo mismo. Tampoco me gusta estar haciendo dos años seguidos teatro. Yo necesito sentirme viva y con muchas ganas para poder expresar y poner esta pasión que siento por la profesión necesito el cambio. No me gusta estancarme mucho en algo, ni aunque vaya bien y sea un éxito. Me fui del teatro cuando estábamos llenando y también mil veces haciendo algo que estaba arriba lo dejé por otra cosa pero nada más que por cambiar.


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"En el trabajo voy por donde van mis instintos", dijo Pecoraro.

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