Vista al frente

Central está invicto y dio señales de madurez futbolística cuando estuvo a punto de ganarle a Boca en la Bombonera. Esto es positivo y sirve para ilustrar una cara de la moneda. Pero también careció de astucia para cerrar el pleito ante Banfield en el Gigante cuando estaba en ventaja y el punto obtenido tuvo sabor a muy poco. Esta es la faceta endeble del Central modelo 2007. Por ello hoy ante Lanús, a las 18 y con arbitraje de Carlos Maglio, el equipo de Néstor Gorosito está obligado a dar un salto de calidad. Si gana y tiene un buen funcionamiento podrá ver el horizonte con optimismo. En caso contrario continuará atado a la irregularidad del torneo anterior.

Gorosito sabe que en la fecha pasada ante el Taladro adoleció de variantes ofensivas y por ello movió las piezas. Para esta tarde mantiene a los dos delanteros de punta, Gonzalo Belloso y Emilio Zelaya, pero los apuntala con el ingreso del desfachatado Angel Di María pegado a la línea de cal por la banda izquierda.

Angelito lo bailó al Negro Ibarra en la Bombonera y si está inspirado puede ser la llave para vulnerar el cerrojo defensivo del granate. A su vez el ingreso de Di María genera el desplazamiento hacia el centro del Kily González, quien desde esa posición deberá tomar las riendas futbolísticas del equipo e incluso animarse a la media distancia.

El ladero del Kily será Diego Calgaro, a quien el propio Pipo Gorosito definió como el que "realiza el trabajo sucio de la recuperación". El restante integrante de la línea de volantes será Leonel Ríos, que se ganó el andarivel derecho en base a un incansable ida y vuelta.

Los relegados son Damián Ledesma y Andrés Díaz, que rindieron en buena forma cuando les tocó jugar pero ahora deben esperar en las gateras.

En defensa no hay variantes. Los cuatro inamovibles son Moreira, Raldes, Garcé y Azconzábal. Hoy el equipo tendrá jugadores con mayor vocación ofensiva y por ello la línea de cuatro no deberá descuidarse ante los temibles contraataques del granate.

Rosario Central necesita dar un salto de calidad, ese que lo convierta en un equipo confiable y con ambiciones de sentarse a la mesa de los protagonistas del Clausura.

Gorosito quiere atacar de entrada.