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 domingo, 04 de marzo de 2007  
Mercados
Greenspan, el tsunami que hundió las Bolsas
El ex presidente de la Reserva Federal de EEUU pronosticó una recesión en ese país

Salvador Distéfano

Tsunami significa literalmente en japonés gran ola en el puerto o maremoto. Las palabras de Alan Greenspan anunciando la posibilidad de una recesión en Estados Unidos fueron un tsunami para los mercados, que registraron bajas tan profundas como la apertura de Wall Street luego del atentado contra las Torres gemelas.

La baja tiene múltiples explicaciones. Los mercados mostraban en el mundo una suba espectacular. Cuando la mejora en precios es sistemática y rutinaria invita a la gran especulación, donde se trabaja con dinero propio y de terceros, lo que hace más exultante a los ganadores y exuberantes las subas de precios.

Los inversores se nutren de un sentimiento muy alcista que muchas veces es irracional y nubla la posibilidad de un análisis certero. Así los pronósticos son que el mercado subirá hasta el infinito, y que la toma de ganancias es algo del pasado, sin saber que los árboles nunca crecen hasta el cielo.

El sentimiento alcista nutrió a la gran mayoría de los mercados del mundo, mejoras en precios del 160% para los últimos 12 meses en el mercado chino eran un claro ejemplo de que lo que allí se vivía era lo que comúnmente se conoce como burbuja especulativa.

En dicho escenario el ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos en una teleconferencia con Japón, retransmitida para Hong Kong habló de la posibilidad de una recesión en Estados Unidos para fines del 2007. Allí el pandemoniun invadió al mercado.

Estados Unidos representa el 33% de la economía mundial. Una recesión invitaría a un contagio en la desaceleración de la actividad económica a escala mundial. El país que más comercio tiene con Estados Unidos es China, cuya economía tiene como pilar fundamental las ventas de sus productos al exterior, sin tener un desarrollo importante de su mercado interno.


Los socios
Una recesión en Estados Unidos echaría por tierra la posibilidad de que China colo que la totalidad de los productos que produce en dicho mercado, por ende se vería afectada en su nivel de actividad y sus empresas mostrarían menores ganancias que las esperadas.

Este fundamento, más un mercado de capitales con alta especulación, fueron los detonantes de una baja muy pronunciada en el mercado chino, que luego contagió a todas las Bolsas del mundo. No se puede saber a ciencia cierta si es correcto o no él pronostico de una probable recesión en Estados Unidos. Pero la sola posibilidad de que ello ocurra, puesta en boca de uno de los economistas con más credibilidad en los mercados mundiales, hizo dar un paso al costado a los inversores e irrumpió en el mercado una toma de ganancias que derritió las cotizaciones.

La baja en el mercado era esperable, aunque nunca de la magnitud mundial que se observó en estos últimos días. Marzo está perdido y sólo resta esperar que el mercado termine de asumir y depurar la baja para trazar el posible escenario de cara a al segundo trimestre del año.


La espera
Desde este de vista, el mercado aún tiene mucho para bajar. El índice Merval se colocará por debajo de los 2.000 puntos con soporte probable en torno de los 1.850 puntos.

Si allí comienza a realizar un recorrido lateral, habrá que prepararse para retomar el sendero alcista, pero para que ello ocurra se necesitarán ruedas en las que los precios se repitan, el volumen se estrangule y los fundamentos de la economía mejoren.

En el mundo estamos se observa nuevamente un vuelo a la calidad. Los inversores salen de su posición en acciones y pasan a adquirir bonos que tienen una renta más segura y menos volatilidad.

El bono de tesorería a 10 años muestra una tasa de retorno del 4,5% anual en niveles muy alejados de la tasa de corto plazo que se ubica en el 5,25% anual.

El hecho que la tasa de corto plazo esté en niveles más altos que la tasa de largo plazo invita a pensar en la posibilidad futura de una recesión, no obstante sería deseable trazar un nuevo análisis una vez que los mercados retornen a la normalidad.


Recomendaciones
En estos casos la primera recomendación es tomar ganancias (si aún no lo hizo). Cuando en un mercado se gana más de dos veces la tasa anual del costo del dinero, es necesario e indispensable pensar en recoger utilidades.

Por otra parte, se espera una profundización en la baja de la tasa de largo plazo, por ende colocar dinero en dólares en una tasa del 5% al 6% anual en bonos corporativos nos parece una decisión muy razonable.

Para los que están colocados en euros nos parece que es momento de salir y pasarse al dólar. Hace un año el euro cotizaba entre 1,17 y 1,21, hoy cotiza en 1,32, es una ganancia razonable para los tiempos que corren.

Por otro lado, la sola posibilidad de un conflicto bélico en Medio Oriente podría llevar a una fuerte apreciación al dólar. Por ende, lo mejor es tomar ganancias.

La Bolsa argentina no perdió su tendencia alcista de fondo, luego de este tsunami nos parece que la suba continuará en busca de los ansiados 2.700 puntos para fin de este año, claro que no todo subirá, bancos, energía y petróleo parecen ser los sectores elegidos, aunque la selectividad será muy alta por ende hay que tener el ojo crítico para saber elegir entre ellos.
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