La violencia jaquea al fútbol en Italia

Las autoridades no saben cómo frenarla. La actividad está suspendida

Apenas unos meses después que el escándalo de los arreglos de partidos estremeciera los cimientos del fútbol italiano, el deporte más popular de ese país se encontró otra vez en jaque tras la muerte de un policía en enfrentamientos con hinchas violentos.

La muerte del agente de 38 años durante el partido del viernes entre los clubes sicilianos Catania y Palermo provocó la suspensión de toda la actividad futbolística en la península italiana para este fin de semana, un hecho que hace más de una década no ocurría.

Las autoridades no saben cómo enfrentar el espiral de violencia en los estadios, y algunas voces claman por medidas drásticas y emular el ejemplo de Inglaterra, que logró en buena medida controlar a sus hooligans.

Se trata de una cruda realidad para un país que hace unos cuantos meses atrás se sumió en la euforia tras conquistar su cuarta Copa del Mundo.

"Estamos ante un cáncer, no un resfrío pasajero", escribió el comentarista de fútbol Gianni Mura en la edición del sábado del diario La Repubblica.

En un país donde el fútbol es considerado como una religión por muchos, el diario del Vaticano también se deploró la muerte de Raciti con el calificativo de "insensatez inaceptable".

"Reconozcamos: el fútbol en Italia murió junto al policía", señaló L'Osservatore Romano.

La autoridades del fútbol local contemplan mantener suspendido por tiempo indefinido la actividad en respuesta a la violencia que dejó más de 70 heridos y 22 detenidos.

Los incidentes llevaron a que la federación suspendiera todos los encuentros de liga previstos para este fin de semana, además de cancelar un duelo amistoso entre Italia, el campeón mundial, y Rumania, previsto para el miércoles.

El presidente de la federación, Luca Pancalli, dijo que los directivos de ese organismo se reunirán el miércoles, a fin de "identificar las medidas drásticas" que permitan realizar los partidos. "De lo contrario, no los reanudaremos", advirtió.

Estadios vacíos. La irracionalidad, por el momento, gana el partido.