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 domingo, 04 de febrero de 2007  
Tras una semana calurosa se prevé una breve tregua con nubes y tormentas

Varios días de altas temperatura tuvieron su fin en la tarde de ayer cuando el cielo se nubló y el viento hizo descender la temperatura casi diez grados. Desde el Servicio Meteorológico Nacional advirtieron que hasta el martes próximo se extenderá la breve tregua que podrían dar la presencia de nubarrones y hasta chaparrones. Pero advirtieron "no perder de vista que se está en febrero, y que hasta el 15, aproximadamente seguirá circulando un aire caliente y húmedo que marcará temperaturas de entre 24 y 38 grados". Así lo informó el pronosticador de turno Carlos Benítez desde Buenos Aires.

En cambio, desde la sede local ubicada en el aeropuerto Internacional Islas Malvinas, se detalló lo que había sucedido durante la jornada de ayer. La temperatura había trepado a los 33 grados a las 14, momento en que la sensación térmica era de 35 grados. Pero antes de las 18 se nubló y cambió el viento; el termómetro descendió abruptamente a 24 grados y la sensación térmica disminuyó aún más: llegó a los 23.

De todos modos Benítez dijo que esta sensación de relax no durará mucho. "Tal vez hasta el martes por la noche se registre alguna tormenta, pero el miércoles puede comenzar a brillar el sol nuevamente y con él llegará el calor, como debe ser en esta época: las temperaturas promedio estarán entre los 33 y 35 grados y posiblemente se sientan aún más grados de sensación térmica".


Presión oceánica
El calor no sólo se vivió en Rosario estos últimos días sino también en la costa atlántica y en el norte del país con marcas superiores a los 37 grados

Benítez explicó que las altas temperaturas de estos días se originaron por la presencia de un sistema de alta presión en el océano Atlántico.

Ese fenómeno causó la circulación de viento norte y en consecuencia agobió a los habitantes de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, San Luis, San Juan. Y Santa Fe no fue la excepción.
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