Año CXXXVII Nº 49237
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Información Gral
Opinión
Escenario
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 17/09
Mujer 17/09
Economía 17/09
Señales 17/09
Educación 16/09
Estilo 16/09
Salud 13/09
Página Solidaria 13/09
Palabras más 02/09
Autos 24/08

contacto

servicios
Institucional

 martes, 19 de septiembre de 2006  
Efemérides
Un 19 de septiembre

Guillermo Zinni / La Capital

Para 1868 el teatro de la Esperanza era lo más parecido que tenía la ciudad al Paraíso, y fue tan así que algunos lo llamaban "El Teatro del Siglo". Ubicado en calle Puerto (San Martín) entre Córdoba y Santa Fe -aproximadamente en el lote donde hoy se encuentra el Banco Municipal-, tenía capacidad para 600 personas, aunque era común que este número se elevara a cerca de 1.100. Sus dueños fueron José Olmos y Francisco Navarro, y por allí pasaron distintas compañías representando lo más sublime del drama, la comedia y la lírica, hasta que la trágica noche del 19 de septiembre de ese año un infortunado accidente producto de la rotura de una lámpara a querosén derivó en un pavoroso incendio que lo destruyó. Pero esa no sería la única esperanza que los rosarinos perderían por esa fecha: ese mismo día el Congreso nacional sancionó la ley que declaró a Rosario capital de la República Argentina, la que fue vetada apenas unos días más tarde por el presidente Bartolomé Mitre. El primer teatro de la ciudad se había inaugurado el 16 de julio de 1854 y se llamó "Nacional". Se encontraba en calle Córdoba entre Comercio y Aduana (hoy Laprida y Maipú), y consistía en un modesto galpón de madera costeado por el vecindario e iluminado con catorce quinqués, doce faroles y diez candiles. Sin embargo, distintos apremios económicos hicieron su existencia efímera y el 6 de enero de 1856 cerró sus puertas para dar paso a la bandera de remate. Luego de esto se alquilaron varias salas en fondas y hoteles para realizar obras y espectáculos líricos, hasta que el 21 de junio de 1857 se inauguró el teatro de la Esperanza, y los sueños de aquellos primigenios rosarinos se vieron colmados hasta que un poco más de once años después sus instalaciones fueron devoradas por el fuego. La Esperanza sería reconstruido luego como Teatro Del Litoral y en 1878 pasó a llamarse La Opera, nombre que conservó hasta su cierre definitivo en 1885. Aquel nefasto día del 19 de septiembre de 1868 el incendio se inició en el cuarto donde el encargado del alumbrado a querosén arreglaba unas lámparas. Una de ellas se prendió fuego y al tratar de apagarlo se quebró. El líquido se desparramó y el fuego llegó a otras lámparas y al depósito de querosén. Los que estaban allí huyeron despavoridos y el pánico se apoderó de todos. Para cuando el humo y los gritos de los vecinos dieron la alarma la edición de La Capital ya estaba cerrada, pero eso no fue obstáculo para que se ordenara cubrir la información. Un anónimo cronista se presentó en el lugar del siniestro y la noticia luego fue publicada en forma de boletín con la advertencia de que debía adjuntarse al número anterior. El título fue escueto pero impactante: "Espantoso incendio", y en el texto se afirmaba: "El pueblo del Rosario se halla entristecido ante el terrible espectáculo del primer incendio que presencia en mas de veinte años. Un densísimo y negro humo se ve levantarse en la dirección de la calle del Puerto". Las campanas de la catedral tocaban "a fuego" y mientras vecinos, ocasionales transeúntes, un piquete de serenos y hasta los tripulantes de la cañonera portuguesa Zarco que se encontraban en la ciudad se desvivían por aplacar el siniestro algunos cacos aprovechaban para robar mercaderías de las fincas vecinas. La fina ironía del destino quizo que un mes antes, el sábado 22 de agosto de 1868, en ese mismo teatro, luego del "sublime drama en tres actos «La campana de la Almodaina»", la función finalizara con "la chistosa petit-pieza «No hay humo sin fuego»".

[email protected]


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados