España negocia con La Paz

La Paz. - Las empresas españolas son las que deben decidir si se quedan o se van de Bolivia después de que el presidente Evo Morales decretó la nacionalización de los hidrocarburos, dijo el secretario de Estado de Exteriores de España, Bernardino León. "Es una decisión que corresponde a las propias empresas", dijo León en rueda de prensa en el palacio presidencial de La Paz, tras reunirse con Morales para conocer las implicancias de la nacionalización.

El vicepresidente boliviano Alvaro García Linera, quien ofreció la conferencia con León, fue tajante al señalar que el decreto de nacionalización, firmado el lunes, "no se revisa, no se conversa, se acata". La medida afecta seriamente a los intereses en Bolivia de la petrolera hispano-argentina Repsol-YPF, que concentra el 25% de las vastas reservas de gas bolivianas y ha invertido desde la década pasada 1.080 millones de dólares en este país. León dijo que el gobierno español respetará la "vía jurídica" en los 180 días de negociaciones que concede el decreto de Morales para firmar nuevos contratos bajo el decreto de nacionalización, y, si no se llega a un acuerdo, las compañías deberán dejar Bolivia. Pero aclaró que Madrid espera que el proceso se realice en el marco de la "seguridad jurídica", la "lealtad" y la "claridad" que es de esperar entre dos gobiernos que "sintonizan" ideológicamente.

Precisamente, la afinidad y apoyo a Morales que el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero ha expresado han detonado una fuerte ola de críticas en su contra en la península. El portavoz en el Congreso español del opositor Partido Popular (PP), Eduardo Zaplana, denunció que la política exterior "equivocada" del gobierno ha puesto en riesgo las inversiones españolas en Bolivia, con la posibilidad de un contagio al resto de Latinoamérica. Zaplana dijo que los grandes aliados de Zapatero son "(El presidente Cubano Fidel) Castro, el presidente (Hugo) Chávez, de Venezuela, y ahora un personaje al que él avaló internacionalmente", en alusión a Evo Morales. Recordó que merced a esa amistad, España condonó recientemente a Bolivia 100 millones de dólares de deuda.

En lo inmediato, Repsol, como el resto de las operadoras privadas en Bolivia, debe entregar toda su producción al Estado, venderle obligatoriamente la parte mayoritaria de sus acciones y pagar más por la explotación.