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 domingo, 30 de abril de 2006  
Qué lo parió. El Negro, por sus colegas
Testimonios de una foto histórica que "habla"
Etcheverry, Segovia y Ielpi narran anécdotas de la época en que hacían la legendaria revista Boom

La foto se sacó en 1970, época en que varias revistas hicieron historia en Rosario por su alto contenido cultural: Boom, Setecientos Monos y El Lagrimal Trifulca eran parte de la movida. En la imagen está Roberto Fontanarrosa, pero también parte del staff de periodistas, diagramadores y reporteros gráficos de Boom: el propio fotógrafo, Carlos Saldi, Pirucho Brascó, Luis Etcheverry, Esvén Segovia y Rafael Ielpi. La Capital habló con tres de los fotografiados en una imagen blanco y negro que al decir del Negro "es hermosa, porque retrata una época en que éramos jóvenes y bellos".

Etcheverry conserva la foto en un portarretratos. Se acuerda del día en que se juntaron en el estudio de Saldi para tomarla y convertirla en un póster de la revista. "Saldi preparó la máquina y corrió a posar. Está en cueros porque su buzo se lo puso el Negro", narra. Y recuerda una anécdota aún con entusiasmo y entre carcajadas. "A cierta hora de la tarde bajábamos las persianas de la redacción, una oficina pequeña ubicada al lado del Museo Estévez, corríamos los escritorios y jugábamos a la pelota usando un cesto como arco. El Negro jugaba y transmitía los partidos. Nos divertíamos mucho y transpirábamos como bestias, al punto que nos sacábamos las remeras. En una oportunidad abrió la puerta el director (Ovidio Lagos Herrera) acompañado de un empresario a quien trataba de convencer de que financiara la revista. Nos encontró en el medio del picado, obvio que nunca conseguimos el aporte económico", señala.

Una catarata de anécdotas se suma a esa en boca de Etcheverry, quien concluye diciendo que "el Negro es la mejor muestra de que la perfección humana no existe, es un excelente profesional y un gran tipo, pero es canalla".

Esvén Segovia era prosecretario de la revista cuando Fontanarrosa se hacía cargo de la sección Bumor, un espacio escrito y dibujado por el Negro. "La verdad es que ya en ese momento sabía que el Negro iba a ser un talento, iba a tener la trascendencia que no tendríamos muchos de nosotros. Y eso que era un tipo retraído en muchos aspectos. Nosotros éramos los que al salir de la revista nos íbamos comer al Dory y sosteníamos discusiones y charlas hasta bien entrada la madrugada. El Negro no, a las 12 de la noche se pegaba la vuelta, era más puntilloso en su vida privada", remarca.

Y el actual periodista radial viaja al presente. "A mí al día de hoy me da orgullo decir que trabajé y me divertí con Fontana o Ibolele, como le decíamos; y sí, yo veo la foto y coincido con el Negro, éramos lindos.Bueno, aún lo somos, seguimos teniendo nuestra belleza, ¿no?", pregunta.

Fontanarrosa dice que le debe a Rafael Ielpi y al escritor Juan Carlos Martini (otro integrante de Boom) el haber leído buena literatura. "Sí, pero yo le debo a él un montón de momentos divertidos. Recuerdo sorprenderme por su ingenio en la primera época de Inodoro o Boogie. Es genial, aún me río con el Negro", cuenta Ielpi, el director del Centro Cultural Bernardino Rivadavia. Y a la foto, que en gran tamaño tiene colgada en la pared de su casa, la recuerda con mucho afecto. "Es que marca una época en que conocí a tipos muy importantes de mi vida, entre ellos al Negro. Recuerdo ir a su casa por entonces de calle Corrientes entre Santa Fe y San Lorenzo. Allí vivía con su padre, madre y hermana. Desde allí vimos una tarde cómo la gente corría a piedrazos a la policía y a una autobomba. Era mayo del 69, el Rosariazo". Al levantamiento contra la dictadura del general Juan Carlos Onganía, Boom le dedicó 40 páginas. Saldi sacó las fotos, Ielpi escribió las crónicas.

L.V.
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Brascó (pañuelo), Saldi (en cueros), Etcheverry (traje), Segovia (suelo), Ielpi (atrás) y Fontanarrosa.

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