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 martes, 07 de febrero de 2006  
Editorial
Accidentes en la construcción

La caída de un operario desde el noveno piso de una obra en construcción de Vera Mujica y Catamarca, quien salvó milagrosamente la vida, es otro llamado urgente para tomar medidas sobre la seguridad laboral. Las empresas deben implementar todas las normas de prevención, los obreros tienen que cumplirlas y al Estado, de una vez por todas, le corresponde asumir la responsabilidad de controlar que así sea.

Los accidentes laborales en las obras en construcción de Rosario y la región son a esta altura un tema muy preocupante. Guillermo Darío Benítez está internado desde hace un mes (sus familiares recién lo hicieron público anteayer) tras caer de un noveno piso luego de cortarse la soga que lo sostenía mientras trabajaba en un edificio en construcción en Vera Mujica y Catamarca. Este obrero de 29 años rebotó en el quinto piso, y un alambrado frenó su caída libre en el segundo. Sufrió múltiples traumatismos y todavía no se sabe cuáles serán las secuelas. Los médicos dicen que salvó milagrosamente la vida.

Pero el caso de Benítez es sólo uno de los tantos accidentes que suceden periódicamente en las distintas obras, muchas veces con consecuencias trágicas. El antecedente más cercano ocurrió el 25 de noviembre, cuando un operario falleció al desplomarse de un techo de 14 metros de altura en una obra de 1º de Mayo 2070.

La construcción es hoy uno de los sectores dinamizadores de la economía de la ciudad (ya hay 10.000 obreros trabajando en este rubro), pero al mismo tiempo se convirtió en un sector donde crecieron la inseguridad laboral y los accidentes de trabajo.

Y esto no es fortuito, sino que tiene sus causas. Un estudio realizado en Rosario por la Fundación para la Promoción de la Seguridad y la Salud en el Trabajo (Fusat) dio cuenta de que, en las tareas de demolición, sólo en el 25 por ciento de las obras se trabaja correctamente. El 75 por ciento restante no disponía o no usaba adecuadamente ni siquiera los elementos de protección personal. También observaron en el 80 por ciento de los casos falta de orden y limpieza: acumulación de maderas con clavos en el piso, huecos desprotegidos o barandas de resistencia débiles e incompletas. Además, verificaron alto grado de inseguridad en los trabajos de altura, ya que sólo el 25 por ciento de los operarios los realiza considerando las normas de seguridad correspondientes (uso de arnés, por ejemplo), y el preocupante estado de los andamios, con accesos inadecuados, fijaciones totalmente débiles y confeccionados con maderas en mal estado.

Pero lo más grave de esta situación es la falta de fiscalización por parte del Estado de las medidas de seguridad laboral. El propio secretario de Trabajo provincial, Alberto Gianneschi, reconoció no hace mucho la "marcada impotencia del Estado santafesino para controlar una actividad que se ha multiplicado a través de una formidable reactivación". Sólo hay tres inspectores para las centenares de obras grandes y miles más chicas diseminadas por toda la ciudad.

Llegó la hora de que el Estado provincial asuma su responsabilidad sobre el tema exigiendo que se cumplan todas las medidas de prevención de accidentes. Es algo impostergable. Hay vidas que están en juego.
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