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 martes, 07 de febrero de 2006  
Locos por Joaquín. Los cinco mil tickets se esfumaron en el primer día de venta en el local de Corrientes 732
Una multitud agotó en horas las entradas para ver a Sabina
La producción confirmó que el artista quiso dar un solo recital en Rosario y que no habrá otra función en la ciudad

Pedro Squillaci / La Capital

El boom Joaquín Sabina se manifestó en su máximo esplendor. Cinco mil entradas se agotaron ayer en sólo nueve horas durante el primer día de venta en el local de Tarjeta Naranja, Corrientes 732, en medio de un pico de demanda que superó las expectativas de los organizadores y del público. Centenares de interesados hicieron cola 24 horas antes, por lo que pasaron la noche del domingo durmiendo en pleno centro de la ciudad. Sin embargo, no todos se llevaron su ticket, y muchos volvieron a su casa con las manos vacías e incluso con ataques de llanto por la impotencia. El productor local Ricardo Alongi confirmó que no se agregará otro show y que, pese a que lo intentó hasta último momento, el espectáculo tampoco se trasladará a otro escenario de mayores proporciones para que ingrese mayor cantidad de público.

Del mismo modo que ocurrió en Buenos Aires, que agotó los cuatro Gran Rex en seis horas de venta, las localidades se esfumaron en Rosario. Un público constituido mayormente por jóvenes universitarios, y un rango etareo que iba de los 20 hasta los 60 años copó calle Corrientes, entre Córdoba y Santa Fe, obligando a la policía a poner vallas y a convocar refuerzos para evitar desbordes.

Pero el caos fue inevitable. Tanto que la circulación vehicular se complicó en esa cuadra, dado que un sector del público desbordó las vallas y complicó la fluidez del tránsito. Los autos respondían con bocinazos, especialmente en la hora del mediodía, mientras muchos transeúntes no avisados preguntaban "¿esta fila para qué es?".

Aunque sobraron expresiones de repudio para la organización, Alongi fue claro a la hora de expresar la situación. "Sabina no iba a venir a Rosario. Iba a tocar en Córdoba, Montevideo, Mar del Plata y Buenos Aires. Logramos que toque en la ciudad, pero por el tipo de espectáculo, con una gran escenografía y puesta teatral, no quiso tocar en un lugar abierto y más amplio", explicó.

"Admito que pudo haber fallas en la organización, pero esto tuvo que organizarse muy rápido porque el artista confirmó hace muy poco tiempo que actuaría en la ciudad. El interés de la gente se explica porque este es un espectáculo para 20 mil personas y van a entrar solamente 5 mil", indicó el productor local, que contará con el apoyo de Tarjeta Naranja como sponsor.

La última vez que vino Sabina a la ciudad fue en 2000, y se presentó en el Anfiteatro ante 2.800 espectadores. En esa oportunidad la entrada costaba 25 pesos, aunque "eran los tiempos del uno a uno", recordó Alongi.

Las entradas que se pusieron a la venta ayer fueron de 60 pesos, las populares, y a partir de ese valor había plateas que llegaban hasta 160 pesos. Cada comprador podía adquirir hasta 6 localidades y, a los efectos de una mejor organización, se separaron las colas de populares, desde el local de venta hacia Santa Fe, y plateas, hacia Córdoba.

Las 3.300 populares, de pie, y las 1.700 plateas numeradas desaparecieron de las boleterías poco después de las seis de la tarde. Allí el clima se tornó denso y los insultos comenzaron a multiplicarse, ya que quedaban casi mil personas en la cola sin comprar su ticket.

Pese a que la policía y el personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM) trataron de calmar los ánimos, fue imposible frenar la ira de quienes esperaban de pie muchas horas al sol con el solo objetivo de acceder a un lugar para ver a su ídolo.

Paraguas, latitas y botellas vacías fueron algunos de los objetos que tiraron hacia el local de Tarjeta Naranja, entre gritos contra los organizadores y la policía, y llantos desconsolados de jovencitas que reflejaban su estado de impotencia ante la situación que, por otra parte, era un desenlace previsible.
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Miles de personas se agolparon y algunas pernoctaron frente al local.

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