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 domingo, 04 de diciembre de 2005  
Los estrenos bajo la lupa de Escenario



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"Oldboy"
Intérpretes: M. Choi y J. T. Woo. Dirección: Chan-Wook Park. Género: drama. Duración: 116 minutos. Salas: Del patioo, Monumental, Showcase y Village.

"Oldboy. Cinco para días para vengarse" es un filme perturbador. Un hombre es secuestrado y mantenido encerrado durante quince años en una habitación, en la que le brindan comida, le permiten ver televisión y cada tanto lo duermen con un gas para que alguien lo visite. La trama juega en clave con "El conde de Montecristo", aunque en vez de haber enviada (el motivo del encierro de Edmundo Dantés) hay venganza. Cuando el hombre es liberado tratará de encontrar a quien lo "robó" quince años de su vida, pero todo se parece a un juego en el cual el sujeto liberado es observado y anticipado todo el tiempo en sus movimientos. Con escenas de una belleza impactante, la película también muestra una violencia que no cesa durante casi sus dos horas de desarrollo. En algunas escenas se duda sobre la seriedad de la película, porque parece irse al diablo y perder su coherencia pero el director consigue siempre volver a su inquietante mundo. Con el atrevimiento que desde hace un tiempo es sólo propiedad oriental, esta película coreana ofrece un menú al que conviene ir preparado, porque es algo fuerte, que por minutos parece sin sentido, gratuito, aunque cuando se avanza en la trama, cuyos secretos a veces se adivinan, se comprueba que trabaja el mismo registro de drama que "Chinatown", de Roman Polanski, salvando las enormes diferencias de estética e ideología. "Si ríes el mundo reirá contigo, si llorás estarás solo", se dice en un momento del filme. La paradoja de reírse de lo terrible es la definición del personaje principal y también de su antítesis, en un juego sin cuartel.

F.T.
"El muelle"
Intérpretes: D. Auteuil y G. Depardieu. Dirección: Olivier Marchal. Género: thriller. Duración: 110 minutos. Salas: Del Siglo, Showcase y Village.

A pesar del título que le pusieron en Argentina, "El muelle" es cine negro en estado puro. París. Desde hace meses, una violenta banda armada practica con éxito asaltos a camiones blindados de recaudación. En ese contexto, el jefe de policía Robert Mancini anuncia su retiro, dejando claro ante sus subalternos que aquel que sea capaz de desmantelar la sangrienta banda, será el sucesor en el cargo supremo del precinto 36 Quai des Orfevres, título original del filme. Sin embargo este policial francés se parece más al cine norteamericano de acción del tipo "Fuego contra fuego" o "Colateral" que al thriller tradicional francés. Es más, "El muelle" parece haber sido realizada por un fan de Michael Mann. Uno de los puntos fuertes de este filme son las interpretaciones de la dupla Gérard Depardieu y Daniel Auteuil, y la historia tiene intriga y suspenso a pesar del trillado argumento de la corrupción policial. A pesar de estas consideraciones, la película no deja de ser un gran policial.

J.L.C.
"Todo sucede en Elizabethtown"
Intérpretes: O. Bloom y K. Dunst. Dirección: Cameron Crowe. Género: comedia dramática. Duración: 123 minutos. Salas: Monumental, Del Siglo, Showcase y Village.

"Todo sucede en Elizabethtown" es una comedia convencional, pero que sobresale por un tratamiento sutil de los climas de humor y dramatismo. El director Cameron Crowe tensa la cuerda de uno y otro género en momentos impensados, pero se hace previsible en el tema que constituye el eje de la trama: el amor en sus opciones sus tantas veces abordadas: filial, de pareja y familiar. El personaje protagónico (Orlando Bloom) tiene todo en contra: acaba de perder su trabajo, está solo, y para completar el cuadro trágico muere su padre. Cuando viaja a hacerse cargo del funeral, una azafata (Kirsten Dunst) se interesa en él más de lo que el muchacho puede advertir, abrumado por el peso de todas sus desgracias. La película no tiene el impulso de su trabajo anterior ("Casi famosos" y "Jerry Maguire"), pero sí queda el mismo clima inquieto con que antes el director mostró ámbitos mucho más rutilantes, y que ahora reemplazó por algo más íntimo como el amor en su calidad de reparador de frustraciones.

R.B.
"Rayas"
Intérpretes: B. Greenwood y otros. Dirección: Frederik Du Chau. Género: aventuras. Duración: 102 minutos. Salas: Monumental, Del Siglo, Showcase y Village.

Una cebra tiene un complejo de identidad a resolver: quiere ser caballo. Y como si fuera poco, le apasionan las carreras. A partir de allí se edifica la historia dirigida por Frederik Du Chau, con muchos tics de "Babe, el chanchito valiente", como la referencia más inmediata. Los animales piensan y hablan como los humanos, con la particularidad de que en la versión doblada al castellano hay un pelícano que parece nacido en los bosques de Palermo. El hilo narrativo es previsible, pero no por eso es menos efectivo, sobre todo gracias al humor de dos moscas, cuyas travesuras arrancan carcajadas de la platea. La cebra logrará correr en los courts gracias al empuje de Chat, una jocketa que heredó la pasión de su madre. La película propone no abandonar los sueños truncos y no evita el toque lacrimógeno muy típico del cine americano. De todos modos, el público infantil se va reconfortado con los efectos de animación y en la versión original se pueden disfrutar las voces de Dustin Hoffman y Whoopi Goldberg.

P.S.
"El exorcismo de Emily Rose"
Intérpretes: L. Linney y T. Wilkinson. Dirección: S. Derrickson. Género: terror. Duración: 119 minutos. Salas: Monumental, Showcase y Village.

Nada es más prometedor que una película de terror arranque con una leyenda que dice: "Esta historia está basada en un hecho real". Es inevitable pensar que, a la salida del cine, uno puede toparse con alguno de los monstruos que se imagina desfilarán por la pantalla. Y eso es precisamente lo que sucede con "El exorcismo de Emily Rose". La película se inspira en un caso que estremeció a Estados Unidos: un sacerdote fue juzgado por haber dejado morir a una adolescente, supuestamente poseída por fuerzas oscuras, durante un ritual de exorcismo. La acción se desarrolla casi en su totalidad en una sala de tribunal y los fenómenos sobrenaturales no van más allá de las narraciones de los testigos que suben al estrado. La decisión sobre si los demonios existen o no queda a criterio del espectador. De lo que no quedan dudas es de que los abogados ambiciosos, los médicos insensibles y los científicos chapuceros son reales, y dan miedo.

R.L.
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