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 domingo, 04 de diciembre de 2005  
Seminario internacional sobre integración y democracia
Unión Europea-Mercosur: un acuerdo político más que económico
La asociación entre los dos bloques podría afianzar el estado de derecho y favorecer el desarrollo

Jorge Levit / La Capital

El debate parece interminable. Todos los actores van en la misma dirección y tras un objetivo común: la integración en un bloque económico que involucre a unos 700 millones de habitantes en ambas orillas del Atlántico. Pero la Unión Europea (UE) y el Mercosur todavía no han podido llegar a un entendimiento, cuyas proyecciones serían mucho más amplias que la concreción de una asociación para el libre comercio.

Así lo entiende el gobierno de Kirchner, cuyo subsecretario de Integración Económica de la Cancillería, Eduardo Sigal, sostiene que la integración es antes que nada "un proyecto político, una estrategia de acercamiento no sólo para eliminar aranceles sino para superar conflictos y consolidar las democracias". Precisamente este tema fue el eje central del seminario internacional que organizó esta semana en Buenos Aires la delegación de la Comisión Europea en la Argentina.

Bajo el título de "UE-Argentina: la contribución de la integración regional al desarrollo de Estados democráticos", diplomáticos, legisladores y juristas del país y del extranjero analizaron en detalle esta problemática que, en un mundo globalizado, adquiere cada vez mayor importancia porque el desarrollo de los pueblos está ligado, sin dudas, al fortalecimiento de sus democracias. A tal punto el debate trasciende el aspecto meramente económico que el auditorio del seminario no estuvo integrado exclusivamente por economistas o negociadores de ambos bloques, sino también por personalidades de diferentes ámbitos, como el caso de Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

El encargado de abrir el diálogo fue Matthias Jorgensen, encargado de negocios de la UE y al mando interinamente de la delegación europea en la Argentina. Para el diplomático, de origen danés, la UE tiene un compromiso muy fuerte con la Argentina y siempre busca un acercamiento para ampliar las relaciones. Pero Jorgensen, especialista en economía, sabe -y así lo expresó- que la integración regional coadyuvará al fortalecimiento de las instituciones democráticas, garantizará el estado de derecho y favorecerá el rol independiente del Poder Judicial. Y en una región como Latinoamérica, donde la interrupción de los procesos democráticos se había tornado un deporte hasta no hace mucho, no parece poca cosa.

Victor Klima, ex primer ministro de Austria y actual presidente de Volkswagen Argentina, le puso algunos números al debate. La UE representa el 50 por ciento de la inversión extranjera en el Mercosur y es su principal socio. El ingreso per cápita en la UE es de u$s 21.700 por año y en el Mercosur es de u$s 3.700. La UE participa del 20 por ciento del comercio mundial y el Mercosur del dos por ciento. Para el político y ahora empresario austríaco, la integración podría alcanzarse con voluntad política si la Unión Europea muestra mayor apertura en el área agropecuaria y en esta región son más flexibles en las áreas de servicios e inversiones industriales en un marco de seguridad jurídica. Klima asegura que ambos bloques tienen objetivos comunes: paz, democracia y libertad, mayor educación y respeto por el medio ambiente.


La réplica
Eduardo Sigal escuchaba con atención e iba madurando una respuesta a Klima: "La Unión Europea es la que tiene que liderar el proceso de integración. Es una economía más grande y más desarrollada y debe garantizar el acceso de nuestros productos a Europa, caso contrario no habrá posibilidades de acuerdo". El diplomático argentino comentó el último ofrecimiento de la UE en materia de exportaciones de carne, al que calificó de "casi ridículo" porque permitía el ingreso a Europa sólo de seis mil toneladas, "una cifra que vende en un año cualquier supermercado argentino", remarcó.

Otro europeo, el francés Antoine Duquesne, vicepresidente del Parlamento Europeo para las Relaciones con el Mercosur, puso en evidencia las contradicciones entre los socios de esta región: Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. "Nos piden -dijo- que eliminemos barreras comerciales que todavía existen entre los propios países del Mercosur. Si las eliminaran serían más fuertes en las negociaciones", vaticinó. El eurodiputado consideró que la integración "ya no es una pregunta, es una necesidad porque la globalización debe asegurar una mejor distribución de la riqueza".

Y de eso se trata, de mejorar la calidad de vida de la gente a través del desarrollo, de la educación y de la democracia. Una realidad que Europa ha hecho posible en los últimos 60 años pero que en esta parte del planeta -pobre y desigual- es todavía hoy una asignatura pendiente.

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Mathias Jorgensen, a cargo de la delegación de la Unión Europea en Buenos Aires, abre el interesante debate en el Hotel Alvear.

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