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 sábado, 26 de noviembre de 2005  
"Ni picada ni encerrona"

Los abogados de Guillermo Buratovich, el conductor de un Fiat Uno rojo procesado como corresponsable del accidente del parque Norte, apelaron ayer la medida. El extenso escrito de los letrados Adrián Ruiz y José Ferrara desmiente la versión judicial del conductor del BMW, Matías Capozzuca, quien dijo que su auto se descontroló al ser "encerrado" por el de Buratovich. También descarta que el vehículo de su cliente fuera el mismo Fiat Uno que, cuatro cuadras antes choque, participó de una especie de invitación a correr una picada que no llegó a realizarse.

El planteo contra el procesamiento de Buratovich señala como única causa del accidente a una maniobra "peligrosa, desaprensiva y antirreglamentaria" del auto de Capozzuca. Para los abogados, Buratovich fue involucrado en el caso porque posee un buen seguro que puede costear eventuales indemnizaciones a familiares de las víctimas, cuando existen "rumores de que Capozzuca se ha insolventado, y se discute si su compañía de seguros responderá ante la grave imprudencia por el mismo cometida".

"Surge sin ninguna duda que no hubo picada y que la colisión fue producto de la ebriedad del conductor, sumado a la alta velocidad que no le permitió controlar el rodado", señalaron Ruiz y Ferrara. Reseñaron los dichos de numerosos testigos del accidente que dicen haber visto un solo auto circulando a alta velocidad por calle Rivadavia a la altura del 2300.

"Veo un BMW color negro que venía por Rivadavia de oeste a este a gran velocidad, esquiva una fila de autos que circulaban por el lado izquierdo, se mete en el carril derecho e intenta nuevamente meterse delante de los autos. Esa maniobra hizo que la cola del rodado se desplazara y perdiera el control. Sube el cordón, se mete en la plaza y colisiona contra un árbol", señaló un testigo.

Cuatro cuadras antes, algunos jóvenes que vieron arrancar al BMW (y que por su ubicación no presenciaron el accidente) dijeron haber visto dos Fiat Uno -uno rojo y otro blanco- que se "torearon" con la cupé en el semáforo de Callao y Rivadavia. En ese lugar, Capozzuca mencionó haber visto un Fiat Uno naranja que arrancó con él pero estacionó enseguida. Por eso, los abogados sostienen que el auto rojo de Buratovich era otro, que fue ajeno al incidente y que circuló varios metros más adelante del BMW, lo que le permitió ver el accidente por el espejo retrovisor cuando la cupé se acercó a alta velocidad.

De otro modo, dijeron, el auto de su cliente tendría que haber circulado a mayor velocidad que la de la cupé, por lo que un roce le habría provocado alguna marca o impedido frenar a escasos metros del lugar del siniestro.
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