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 domingo, 13 de noviembre de 2005  
El documento. Durísimos reproches del Episcopado a todas las políticas del gobierno de Kirchner
La Iglesia advirtió que la pobreza derivará en graves choques sociales
Los obispos denunciaron un gran crecimiento de la desigualdad y recordaron los crímenes de la guerrilla

La Iglesia denunció ayer el "crecimiento escandaloso de la desigualdad", advirtió sobre la posibilidad de que se produzcan "peligrosos enfrentamientos sociales" ante el aumento de la "marginación" y exigió políticas "firmes y duraderas", en el primer pronunciamiento que realizan durante la gestión de Néstor Kirchner.

La denuncia está contenida en una carta pastoral del Episcopado sobre la doctrina social de la Iglesia titulada "Una luz para reconstruir la Nación", presentada ayer al mediodía al término de la reunión de la asamblea plenaria que renovó todos los cargos del organismo en la casa de retiros El Cenáculo, ubicada en la localidad bonaerense de Pilar.

"En una sociedad donde crece la marginación no sería de extrañar manifestaciones violentas por parte de sectores excluidos del mundo del trabajo que podrían degenerar en peligrosos enfrentamientos sociales", señala el texto que fue presentado a la prensa por el presidente saliente de la comisión de Pastoral Social, Carmelo Giaquinta.

El obispo se encargó en todo momento de aclarar que la carta "está dirigida al pueblo de Dios y a todos los hombres de buena voluntad" y que que no tienen los ojos puestos "expresamente en el gobierno", que obviamente está incluido entre los destinatarios del documento.

La carta reclama también "políticas firmes y duraderas, cuyo garante sea el Estado" ante "la ausencia de un trabajo digno y estable, que degrada a amplios sectores del pueblo honrado y trabajador y desintegra a la familia".

Para los obispos, "esta es una de las peores desgracias sufridas por la Argentina, de cuya magnitud no se tiene idea cabal".

"Hay una forma de insolidaridad preocupante: el crecimiento escandaloso de la desigualdad en la distribución de los ingresos. Otra forma es el debilitamiento de la cultura del trabajo en muchos que gozan de él", dice el documento de 14 carillas.

Por otra parte, los prelados señalaron que les preocupa "la reiteración de reclamos no atendidos y de huelgas desproporcionadas, que no reparan en las injustas consecuencias sufridas por los más débiles: niños, ancianos, enfermos, trabajadores".

Los purpurados también expresan su preocupación por la "deficiencia de la educación en todos sus niveles" y "la precariedad de los servicios de la salud", así como la "inmensa deuda pública", sobre la que expresan su deseo de que "se negocie con éxito y para alivio de nuestro pueblo".

En otro párrafo, el Episcopado hace referencia a los hechos ocurrido durante la dictadura militar y advierten que "es peligroso para el futuro del país hacer lecturas parciales de la historia" y se preguntan si no se les transmite a los jóvenes "una visión sesgada de los hechos que podría fomentar nuevos enconos entre los argentinos".

"La interpretación de la historia argentina está atravesada por cierto maniqueísmo que ha alimentado el encono entre los argentinos", señala el texto, aunque aclara que "los crímenes de la guerrilla de ningún modo son comparables con el terror de Estado, pero ciertamente aterrorizaron a la población y contribuyeron a enlutar a la patria".

Se refirieron también a la necesidad de aumentar el grado de participación del argentino en la vida social y pusieron ejemplos que van desde "no cruzar el semáforo en rojo y no hacer ruidos molestos" hasta "el cumplimiento de deberes más graves como postularse para un cargo público y, si fuera el caso, hacer juicio político a la autoridad constituida".

Como otra situación de pobreza, mencionan en el documento "el difícil acceso a la tierra" y se preguntan si sería conveniente "diseñar una política demográfica que revierta el éxodo hacia el gran Buenos Aires y las capitales provinciales" o una "sabia reforma agraria que aliente a la gente del campo a permanecer en el trabajo rural".

En la rueda de prensa, Giaquinta explicó que los obispos utilizaron en la carta un "método catequístico", en el que exponen cuestiones concretas, pero "no se proponen todas las situaciones sociales del país que deberían ser iluminadas por ese principio o valor".

En ese sentido, el prelado pidió a todos los cristianos que acompañen a la Iglesia en "la comprensión, elaboración y aplicación de la doctrina social" para ponerla en práctica y así "encontrar caminos concretos que contribuyan a la reconstrucción del tejido social".

En el marco de la conferencia de prensa, también fue presentada la segunda campaña nacional sobre el sostenimiento de la Iglesia, organizada por el Consejo de Asuntos Económicos del Episcopado, que se realizará en todas las parroquias del país los próximos 3 y 4 de diciembre.
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Los obispos Giaquinta y Arancibia, en la conferencia de prensa.

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