La cumbre. Bush y los demás presidentes, protegidos por tierra, aire y mar

Mar del Plata, una ciudad blindada

El viernes es el día clave: habrá multitudinarias movilizaciones contra el mandatario estadounidense

Javier Felcaro / La Capital

Mar del Plata, convertida en una ciudad blindada, entró en la cuenta regresiva para la IV Cumbre de las Américas, que el viernes y el sábado próximos reunirá a 34 presidentes bajo el lema "Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática", en paralelo a múltiples manifestaciones de repudio al desembarco del mandatario estadounidense, George W. Bush.

No obstante el maquillaje precumbre (la Nación puso 140.000.000 de pesos para las obras), la conmoción de los marplatenses tiene sus justificativos: más de 10.000 efectivos de distintas fuerzas de seguridad argentinas (policías Federal y Bonaerense, Prefectura, Gendarmería y Side), agentes de la CIA y del FBI, del Ejército estadounidense y custodios presidenciales protagonizan un operativo nunca visto por estas latitudes.

Aníbal Drago, director general de la Secretaría Privada de la Municipalidad de Mar del Plata, aseguró a La Capital que, "al tratarse de algo inédito, todo nos asombra e inquieta, pero son medidas preventivas".

"La misma reacción, natural y razonable, se daría en otras ciudades como Rosario o París", graficó el funcionario, sin dejar de impartirles órdenes a sus colaboradores a través de un handy.

No son pocos los que ya se alejaron de La Feliz. Y otros más lo harán antes del miércoles. Incluso, varias agencias de turismo agotaron paquetes promocionales a destinos de la Costa Atlántica (Cariló, Pinamar, Mar de las Pampas y Tandil).

Es que, al temor a un atentado (según el Foreign Office británico) y a los incidentes callejeros se sumó la limitación de movimientos para los vecinos que residen en el área de exclusión, que entrará en vigencia a la cero hora de mañana.

50.000 de ellos fueron censados y están terminando de recibir una credencial que les permitirá superar el vallado. Sin embargo, se escucharon quejas porque alguien aconsejó salir a la calle sólo un par de veces al día.

El éxodo de marplatenses fue abonado por el asueto municipal decretado para el jueves y el viernes. Tampoco habrá clases durante toda la semana en las escuelas emplazadas en el área de seguridad.

En tanto, camionetas blindadas (negras y blancas con vidrios polarizados) de la embajada y de los servicios de Inteligencia norteamericanos siguen dando vueltas y vueltas. Aunque, para Drago, "los agentes deben cumplir bien su trabajo porque no se nota su presencia".

La Bonaerense controlará desde los sectores más alejados a los centros comerciales, mientras que la Federal custodiará los puntos considerados sensibles (en el primer anillo) y Prefectura hará lo propio en el segundo anillo. El miércoles, el Comando Unificado de Seguridad piloteado por el ministro del Interior, Aníbal Fernández, se instalará en el hotel Marítimo (frente al Provincial).


Zona cercada
La zona de exclusión fue delimitada con grandes y pesados cercos metálicos (literalmente clavados en el suelo), desplegados en un perímetro de unos 600 metros de ancho por 3 kilómetros de extensión.

Circunda los hoteles cinco estrellas donde se moverán (y alojarán) los jefes de Estado y sus comitivas. Habrá tres accesos para 8.000 vehículos y los vecinos serán sometidos a requisas de explosivos para pasar un triple vallado.

La semana que comienza promete agitación: en sintonía con la reunión multilateral (en el hotel Hermitage) se desarrollará la III Cumbre de los Pueblos (en el Polideportivo), que comenzará a deliberar el martes, y una convocatoria antiimperialista de los partidos de izquierda.

Al tiempo que figuras como el presidente venezolano, Hugo Chávez, Diego Maradona y el cubano Silvio Rodríguez comprometieron su presencia, el músico vascofrancés Manu Chao no será de la partida. "Fuera Bush", se arenga desde grafittis, afiches y stencils estampados en varias paredes, anticipo de las movilizaciones que protagonizarán cerca de 15.000 globalifóbicos (argentinos y extranjeros).

Los bancos de bandera estadounidense cubren sus frentes con chapas y los shoppings anunciaron que cerrarán sus puertas de jueves a sábado. De todos modos, algunos comerciantes -sobre todo los pequeños- se frotan las manos pensando en la llegada de más visitantes foráneos.

Drago contó que la cumbre alimentó numerosos mitos, entre ellos el alquiler (pagando jugosas sumas en dólares a los propietarios) por parte de agentes de la CIA y el FBI de departamentos considerados estratégicos para ubicar a francotiradores en el edificio Havanna (por la publicidad del alfajor). O la construcción de un profundo y largo túnel que facilite un hipotético escape del mandatario norteamericano.

A contrapelo de los marplatenses que hicieron las valijas, la capacidad hotelera fue rebasada por los miembros de las fuerzas de seguridad y los más de 2.000 periodistas (locales y visitantes) acreditados, que harán base en el centro de prensa montado en el Hermitage.

Bush arribará a las 20 del jueves y, tras el aterrizaje, mantendrá una reunión bilateral con su par argentino, Néstor Kirchner. Los restantes mandatarios se alojarán en los hoteles Hermitage y Costa Galana. Para entonces, el presidente estadounidense ya disfrutará los alimentos y bebidas traídos la semana pasada vía aérea junto a helicópteros que engrosarán su custodia.

El plan de seguridad también se extiende 20 millas océano adentro, donde buques de la Marina y tres submarinos patrullan día y noche. La navegación estará prohibida desde Punta Mogotes hasta la avenida Constitución.

Pese a sorpresivos (y también confusos) simulacros y la ola de falsas alarmas de bombas, sólo un adelanto de los días por venir, la embajada de Estados Unidos ratificó la satisfacción de la Casa Blanca por el operativo.