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 domingo, 30 de octubre de 2005  
Esta vez fue la tarde del Diez
Todo el estadio le cantó "feliz cumpleaños"

Luis Castro / Ovación

El plus extra en cada partido de Boca está en el palco. Ahí donde emerge la figura de Diego Armando Maradona. Cuando asoma su estampa, la Bombonera vibra más que nunca y el "Diego, Diego" se grita a rabiar, como un himno. Ayer llegó sobre la hora y demoró el inicio. Después se ubicó en su lugar habitual y a partir de ahí se inició la fiesta.

Los rojinegros iniciaron la ovación y mostraban el trapo colgado en la popular alta del estadio que rezaba: "Diego, feliz cumple. La hinchada que nunca abandona". El Diez multiplicó sus manos para saludar y hasta se tomó la cabeza sorprendido por el regalo anticipado.

Inmediatamente, todos los hinchas se unieron al festejo y entonaron el cántico de feliz cumpleaños. Es que un día como hoy, hace 45 años, nacía en Villa Fiorito el que sería el jugador más grande que diera hasta ahora el fútbol.

Con un habano en la mano, quizás traído de su reciente viaje a Cuba hacia donde se trasladó para entrevistar a Fidel Castro, y apoyado en la baranda del palco siguió atentamente el juego entre dos de sus ex equipos. Sin hacer gestos ni maldecir cuando Palacio, Delgado y compañía le perdonaban la vida a Villar. Ni siquiera se inmutó cuando a los 33' Insúa la clavó contra el palo izquierdo del paraguayo. Sólo respondió el saludo de su asistente Gabriel y nada más.

Tampoco festejó el gol de Palacio a 20' del final, ese que le dio el triunfo a los de Basile y que le permitió seguir comandando en soledad el Apertura. Eso sí, su rostro cambió cuando La Doce comenzó a gritar "el que no salta es una gallina". Ahí sí se enganchó y acompañó al pueblo xeneize.

Los hinchas del Parque sufrían con los embates boquenses, pero la sonrisa volvía al cuerpo observando al Diez, que no dejaba de responder cada muestra de afecto que bajaba de lo alto y con colores rojinegros. Su simpatía y enorme afecto por la entidad que lo devolvió al fútbol después de una larga suspensión permanece inalterable. Así lo demostró otra vez en la gélida tarde primaveral en la Boca.

A pocas horas del cumple número 45, los hinchas leprosos y xeneizes vivieron en vivo y en directo "La tarde del Diez".
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